Una agradable visita al amigo, a Su Majestad el toro bravo indultado en la Plaza y hoy feliz en el campo bravo. “Fantasma” quien regresó a corrales y de ahí a casa, entre nutrida ovación y elogios a su ejemplar comportamiento de bravura y nobleza, ahora en casa en las dehesas del Maestro, Matador de toros a pie y a caballo y hoy exitoso criador de reses bravas Enrique Fraga.

Ahí donde estos días pace de manera placentera y disfruta de  refocilarse con una veintena de vacas de su hato para padrear y asegurar así la continuidad de la especie, pues ahí, recibió recién la visita de quien de manera magistral y logrando lidiarlo de forma impactante logró hacer sacar los pañuelos blancos en los tendidos para el reclamo del perdón de la vida de “Fantasma”.

En la Puebla del Río, comunidad muy cercana y en realidad parte de Sevilla, el torero de la tierra José Antonio Morante se ha anotado un éxito rotundo, en todos sentidos: respuesta de la afición, apasionada entrega de los chavales alternantes, gran éxito artístico y resultado encomiable de triunfos. Con el cartel de “NO HAY BILLETES” colgado en las ventanillas de las taquillas de la plaza, lidiando buenos erales de “Hijos de Dolores Rufino”, ha salido triunfador el chaval mexicano Emiliano Ochoa, de albo todo vestido, con remates y cabos en negro, quien alternó con otros chavales, muy bien recomendados por verdaderos conocedores, pues Joselito Sánchez de Morón torero de a pie, y José Manuel Fernández, a caballo, con quienes compartió triunfal salida a hombros. Subrayamos lo de buena recomendación pues del nuestro se ha escrito: “Que grande es el toreo. En una era en que el toreo acrobático  predomina en todos los escalafones, al ver a un chavalito mexicano de nombre Emiliano Ortega bordar el toreo con un arte sublime en #EncierroLPDR19 organizado por @infoMorante me convence que el toreo es eterno”. Y en las RsSs., han predominado Posts como este: “Bien vale seguirlo y estar pendiente de él”. Elogios, estos muy valiosos sí tomamos en cuenta que no lo catalogan como a los demás “toreros inditos” que suelen, solían torear por allá.

En México en la “Perla Tapatía” quizá único lugar, la única de nuestras plazas la “Nuevo Progreso” que conserva esa exigencia pura de edad y trapío en los encierros que se lidian, se ha dado suelta a los carteles con los que se conmemora el LII Aniversario de esa plaza.

Aparecen ahí los nombres de Sebastián Castella, Ginés Marín, Antonio Ferrara,  Joaquín Galdos y  Enrique Ponce, por parte de los hispanos, se mencionan en el orden de fecha de actuación, no por antigüedad ni afiguramiento; al igual los nuestros que son:

Luis David, Octavio Garcia “El Payo”,   Diego Silveti, Arturo Macías, Leo Valadez,  Alfredo Ríos “El Conde” y Joselito Adame.

De las ganaderías a lidiar aparecen: “Villa Carmela”, “La Estancia”, “Pozo Hondo” y “Los Encinos”. Nos abstenemos de hacer algún comentario sobre los actuantes, pero en cuanto a ganaderías obsérvese que “Los Encinos” aparece en el cartel en que van quienes neciamente, sólo torean eso. Desde Guadalajara hasta acá se escucharan las rechiflas, aunque queda el recurso de que el encierro sea rechazado.

De las cosas que solamente ocurren en México, recordamos que al famoso manejador de boxeadores Don King el desde ya entonces conocido por su llamativo peinado, en una de sus visitas a la capital mexicana en el trayecto del viaje aeropuerto al hotel, le robaron el reloj de pulsera Rolex de oro puro y años antes al general Charles De Gaulle, en el recorrido victorioso por las calles del entonces D.F. en auto descubierto, al famoso héroe de la Segunda Guerra Mundial le fue robado el famoso Kepi de visera horizontal que en tantas fotos dieron la vuelta al mundo. Pues al también galo Sebastián Castella, en el hotel donde de luces se vistió o viajando a la plaza, alguien le robo la espada de acero, sustituyéndola por una de madera, de palo de árbol; razón esa por la que Castella quien ha toreado para meterse de manera definitiva en el gusto de la afición mexicana no ha podido consumar con el acero – que no trajo – sus faenas que debieron haber cortado varias peludas.