Mientras en Morena Miguel Barbosa y Alejandro Armenta sostienen una lucha frontal por la candidatura, sabiendo que quien resulte vencedor llevará mano en el camino a Casa Puebla por los altos índices de afinidad que despierta la franquicia de López Obrador entre los poblanos; en los otros partidos, pareciera que las “cartas fuertes” están escondidas como avestruces, esperando que nadie voltee a verlas.
Hoy tienen que buscar hasta por debajo de las piedras para encontrar a los o las valientes que se quieran enrolar en esta guerra suicida.
Como muestra de este escenario basta recordar que hasta hace dos meses se podían contar al menos con cinco ó seis suspirantes; sin embargo, actualmente son más los descartados que los apuntados.
Apenas este martes, el exsecretario de Hacienda y hoy rector de la Universidad de las Américas, Luis Ernesto Derbez, se descartó, argumentando que carece de su carta de poblaneidad. Sin duda, una cómoda salida para alguien que no está dispuesto a sacrificar su privilegiada posición de rector, por una candidatura de alto riesgo.
Antes, Humberto “El Tigre” Aguilar Coronado, Luis Bank y hasta la expanista Ana Teresa Aranda; ya habían advertido que no representarían al Partido Acción Nacional (PAN) en esta elección.
Los que sobreviven: Eduardo Rivera, Jorge Aguilar Chedraui, Blanca Jiménez, Mario y Susana Riestra, Luis Paredes y Pablito Rodríguez Regordosa; difícilmente serán un contrapeso real para Morena.
¿Quién diría que hasta hace unos meses había codazos y golpes bajos por una candidatura? Hoy los hombres y las mujeres fuertes de Acción Nacional y hasta la pipitilla levanta la mano.
En el caso del PRI, las cosas no pintan muy diferente, aunque los militantes del expartidazo no se esconden y algunos hasta levantan la mano.
Quienes se han pronunciado para ir directo al matadero, lo hacen buscando posicionarse rumbo a la siguiente elección intermedia, viendo hacia el futuro o de plano con toda la intención de negociar su derrota a cambio de excelentes prebendas; pero es claro que no levantan la mano con la firme decisión de enfrentar al Movimiento Regeneración Nacional y llegar a Casa Puebla.
En esa larga lista encontramos lo mismo a Enrique Doger Guerrero que a Xitlalic Ceja o a Alberto Jiménez Merino, Ricardo Urzúa, Lorenzo Rivera, Javier López Zavala y hasta a Lucero Saldaña.
Parafraseando a Ortega y Gasset, son los partidos y sus circunstancias.