Ayer rindió su único y no obligatorio informe el gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido.

Su llegada fruto de una votación casi unánime en el Congreso del Estado, vino a dar a Puebla una estabilidad que se había perdido desde el 1 de julio de 2018. En la jornada electoral de ese día grupos armados irrumpieron con violencia en más de 70 casillas principalmente en la ciudad de Puebla, robaron urnas, destruyeron material electoral, además de lastimar a varias personas. Hechos que hasta la fecha siguen sin tener responsables ni materiales ni mucho menos intelectuales.

Dos días después un grupo enardecido de morenistas atacaron un búnker electoral del PAN donde supuestamente existía un laboratorio clandestino que pretendía manipular los resultados de dicha elección.

Vinieron después largos meses de un conflicto postelectoral que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dejó crecer con su lentitud y con acciones confusas como el recuento de votos. Meses de profusa violencia verbal en redes, en declaraciones y con un estado pasmado.

El 8 de diciembre en una controvertida sesión y con una muy cerrada votación la Sala Superior ratificó el triunfo de Martha Erika Alonso Hidalgo quien días después tomaría posesión como la primera gobernadora del Estado de Puebla.

Parecía que Puebla entraba en cierta paz y en un régimen controlado nuevamente por el exgobernador y en ese momento senador Rafael Moreno Valle. Sólo 10 días después en un incidente que, también sigue sin esclarecerse, ambos perdieron la vida y Puebla volvió a la vorágine.

Los días posteriores fueron confusos, nerviosos y violentos también entre declaraciones, acusaciones sin ton ni son y la disputa abierta por el nombramiento del gobernador interino. Se barajaron diferentes nombres, muchos políticos aún con nulas posiblidades se promovieron, hubo reuniones, acuerdos que no se cumplieron, traiciones, nuevas alianzas para finalmente, casi un mes después de la muerte de la gobernadora llegar a un acuerdo y nombrar a un político muy experimentado como Guillermo Pacheco Pulido.

Con una larga trayectoria y consciente del papel que le tocaba jugar, Pacheco Pulido nombró un gabinete variopinto con integrantes de prácticamente todos los grupos de poder existentes en Puebla.

Y sí, con la llegada del gobernador y su grupo diverso de colaboradores, Puebla entró en paz, se lograron unas elecciones pacíficas y un periodo de transición que hasta el momento ha sido exitoso. Sin embargo, la economía en Puebla sigue estancada y en espera del inicio del nuevo gobierno.

En quince días iniciará el periodo de Luis Miguel Barbosa, es de esperar que mantenga esta calma política, que enfrente con todo la inseguridad y que reactive la economía poblana.

  1. ¿Seguirán los ajustes al gabinete de Luis Miguel Barbosa?
  2. ¿Hasta dónde llegará la ya anunciada intervención del próximo gobierno estatal en algunos municipios del estado como Puebla, San Martín Texmelucan y Tehuacán?
  3. ¿Habrá nuevo edificio para el Congreso del Estado?