Un proyecto innovador de clase mundial se desarrolló en Tehuitzingo, Puebla, en el último año de la administración federal 2012-2018, por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para revolucionar el manejo del riego agrícola en 150 has de este municipio de la Mixteca Poblana.

Consistió en instalar un sifón sobre la cortina de la presa Boqueroncitos, construida en 1984, y por gravedad llevar el agua entubada a los cultivos, cancelando la compuerta de toma y el uso de los canales ya muy deteriorados. Se puso una válvula en cada parcela, para adoptar el método de riego tecnificado más adecuado a las necesidades.

El proyecto original y la mayoría de los proyectos de las presas construidas en México, consideran una obra de toma para sacar el agua que es conducida por canales principales y secundarios. Con el paso del tiempo, los canales se destruyeron o azolvan aumentando considerablemente el desperdicio del agua.

Adicionalmente, la falta de organización de los productores para integrar un plan de producción y regar en forma programada, no ha permitido que se conjunten áreas y se conformen volúmenes suficientes de productos para acceder a mercados. El problema de la comercialización en el campo es un problema de volúmenes de producto.

Estamos hablando de productores que cuentan con menos de 2.5 hectáreas, trabajan en forma individual, cada uno siembra cultivos diferentes y riegan cuando lo desean. No cuentan con la orientación técnica básica ni un plan preestablecido y con muchos motivos de discordia.

Abrir la compuerta y conducir el agua por el canal principal significa esperar mucho tiempo para que llegue a la parcela y al terminar de regar no siempre se cierra la toma a tiempo y eso provoca grandes desperdicios.

Por eso, después de platicar con los directivos de la unidad de riego de la presa Boqueroncitos y hacer las demostraciones necesarias con la participación de los usuarios, se integró el Proyecto Sifoneo, Entubamiento y Tecnificación del Riego en Presas de la Mixteca Poblana, concebido dentro del Programa de Desarrollo Regional de las Mixtecas, integrado en 2010.

Cuatro presas de la Mixteca Poblana almacenan 28 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales 14 millones están concesionados a usuarios para regar hasta  2 mil 300 hectáreas en beneficio de más de mil familias de esta región de migrantes. En la práctica eso no se ha podido lograr.

Construidas entre 1980 y 1990, las Presas Boqueroncitos (Tehuitzingo), Peña Colorada (Acatlán), Huachinantla (Jolalpan) y Los Carros-Cayehuacán en el estado de Morelos que aporta un tercio de sus aguas a productores de Chietla, son la base de importantes polos potenciales de desarrollo regional aún desaprovechado.

En Peña colorada, Acatlán se había proyectado regar 800 hectáreas y solo se han registrado 147. En Boqueroncitos se programó para regar 500 y solo se han logrado 97. En los últimos dos años no se ha regado ni una hectárea. En ambos casos, el 90 por ciento de lo regado fue maíz, exactamente como era antes de tener el agua.

Solo por entubar el agua se tienen ahorros que permitirían regar 3 mil 400 hectáreas en lugar de las 2 mil 300 proyectadas. Pero, además, se obtiene la presión necesaria para tecnificar el riego, con lo que esta cifra puede ascender a más de 6 mil hectáreas. Otras ventajas adicionales son la posibilidad de aprovechar parcelas que están en una franja de 50 metros arriba del canal actual, incorporándolas a riego.

Lo anterior no era posible, porque el plan organizativo y productivo no formó parte del proyecto de construcción de la infraestructura. La emoción de tener agua siempre ha superado a la razón de para qué tenerla. Y no se trabajó en la organización de productores y en el proyecto de qué producir para obtener el máximo provecho.

Los programas de fomento y las políticas establecidas por los gobiernos en sus tres órdenes, tienen una fuerte tendencia a menospreciar apoyos para servicios técnicos de organización, capacitación y asesoría. El gobierno hace mal lo que los productores hacen bien. Pero no hace lo que los productores no pueden hacer, posiblemente porque tampoco lo piden.

Hoy mis paisanos de Tehuitzingo están ante un nuevo comienzo, una nueva forma de utilizar el agua para regar cultivos de mayor rentabilidad. No sólo maíz, chile, calabaza y frijol que son la base de nuestra alimentación, sino también papaya, sandía, melón, higo, granada, pitahaya, hortalizas, forrajes, plantas aromáticas, y frutas tropicales con riego tecnificado y agricultura protegida. En el vaso de la presa existe la posibilidad de producir peces en jaulas flotantes como ya lo hicimos en Peña Colorada, en Acatlán.

Tehuitzingo abre hoy una brecha para el potencial desarrollo de otras zonas de riego. Ya los productores de Cintalapa, Chiapas, vinieron a visitar el proyecto. El Programa de Desarrollo Regional de las Mixtecas sigue su marcha.

Servir a Puebla, ha sido mi mayor privilegio.