El 30 de mayo de 2017 el autor de la Parabólica publicó una fotografía de dos funcionarios que llenaban el tanque de una patrulla con ‘huachicol’ en el patio del C5, el cuartel general de la Policía Estatal. Eran los cruentos tiempos en que se había desbordado el robo de combustible de hidrocarburo, herencia de la cleptocracia de Rafael Moreno Valle, el ex gobernador fallecido el 24 de diciembre.

Se trataba de una práctica habitual inspirada por quien ocupaba el cargo de directora de Recursos Materiales y Servicios Generales de la Secretaría de Seguridad Pública y cuya responsabilidad actual es la de Directora General de Administración de la misma dependencia: Melisa Benítez Rodríguez (http://www.parabolica.mx/2017/local/item/2333-ladrones-con-charola-en-seguridad-publica ).

Si no fuera por el periodo que se vive con la Cuarta Transformación, podría decirse que vivimos un Tiempo de canallas (Sofía Guadarrama Collado, Edit. Pasta Blanda): ‘Cuando los malos se enfrentan a los malos no hay esperanza posible, siempre ganarán los corruptos, los que juegan sucio...’.

Una imagen en poder de Parabólica.MX ilustra la condición que se vive en las instalaciones del llamado C5 (...) un auto estacionado en uno de los cajones oficiales para servidores públicos (...) recibe una carga de combustible que antes había sido asegurado a quienes se han dedicado a la ordeña de tuberías del huachicol’ decía la columna de hace dos años y dos meses.

Producto de esa revelación la Contraloría abrió un expediente en contra de un funcionario de ese entonces de nombre Rogelio López Rodríguez, intermediario entre la actual Directora General de Administración y proveedores de gasolinas para el parque vehicular de la dependencia.

La funcionaria que se ha podido mantenido en la dependencia desde el periodo de Jesús Morales Rodríguez ha hecho correr la versión en ese ámbito que con la llegada del Vicealmirante Miguel Idelfonso Amezaga Ramírez como próximo titular de Seguridad Pública tiene asegurada su permanencia.

No es despreciable mantenerse en un encargo que para este 2019 ejercerá recursos públicos por 445 millones 71 mil pesos. De ello saben dos de sus principales operadores, el Director de Recursos Materiales y Servicios Generales, Oscar Morales Suárez y el subdirector, Amado Reyes Vega.

Desde la publicación de la columna el 30 de mayo de 2017 se documentó la extraña asignación para la dotación de combustibles a las patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado a la gasolinería Cascada, localizada en el bulevar 5 de Mayo... 25 kilómetros de distancia del C5, en Cuautlancingo.

La razón de tal decisión es de pesos y centavos: ese proveedor entrega cada semana un moche de 30 mil pesos, contantes y sonantes. No sólo habría ofrecido al equipo de transición esa prenda, sino otras como el pago de comisiones de proveedores, que van del 10 al 20 por ciento.

El empeño de Melisa Benítez Rodríguez parece también estar encaminada a la compra del perdón o la impunidad. Entre los policías de tropa y trabajadores administrativos aún está vivo el recuerdo de la forma en la coaccionó en 2018 para engrosar los mítines de la ex candidata al gobierno del estado, la desaparecida Martha Erika Alonso Hidalgo. El acarreo, pues.

En las oficinas del C5 parece habitar el espíritu de Alí Babá: colocación de personal que cobra sin trabajar, peticiones de favores sexuales, tráfico de influencias, conflictos de interés y hasta un sólo proveedor que a través de 10 distintas empresas ofrece facturas apócrifas.

En poder del autor de la columna nombres y apellidos de la camarilla que ha operado para la mujer que dice estar segura de transitar hacía la Cuarta Transformación.

@FerMaldonadoMX