La Cuarta Transformación no ha llegado a la Comisión de Derechos Humanos en Puebla. La falta de atención y trabajo de los diputados poblanos obligó a retrasar la designación del nuevo presidente de la Comisión.

Este “detallito” ocasionará que los poblanos enfrenten tres meses más de mentiras y opacidad del organismo, ya que ahí seguirá laborando el mismo equipo de Adolfo López Badillo, ahora encabezado por Omar Martínez Báez.

Ayer lunes, por medio de un boletín publicado en su propia página se informó que desde el pasado sábado 27 de julio se realizó la entrega-recepción de la CEDH por parte de López Badillo, quien se supone que ese día estaba en una mesa de seguridad y que por ello había dejado plantados a los diputados que lo citaron a una reunión de trabajo, el viernes.

El comunicado agrega que de acuerdo con lo estipulado en el artículo 9, de la Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla, ‪del 28 de julio al 6 de noviembre de 2019, asumirá el cargo de presidente interino, Omar S. Martínez Báez, quien fungía como primer visitador general del organismo, gente al servicio del señor López.

“La toma de posesión” se llevó a cabo, como casi todas las acciones de esta gestión, en lo oscurito, sin presencia de medios. Del hecho sólo existe una foto que no nos dice si el cambio de estafeta fue la semana pasada, el domingo, o ayer. Una vez más la opacidad, igual que como lo hizo desde 2011 López Badillo.

Para curarse en salud, presumen que estuvieron presentes los integrantes del Consejo Consultivo Catalina Aguilar Oropeza, como Alfredo Perea Huerta que basta decir que fueron designados con la venía de Rafael Moreno Valle, y que nunca objetaron el trabajo del López Badillo.

En el Consejo Consultivo también están Adelita de Jesús Murillo Chejín, Georgina Ruiz Toledo, Mariana Wenzel González. Un adorno para justificar la opacidad.

  • A la carta

En respuesta a mi columna de este lunes, recibí una carta aclaratoria de Adolfo López Badillo en donde justifica su triste función cómo ombudsman.

Quienes vivimos y documentamos su función, tenemos una percepción muy distinta.

Lo que se ve, no se juzga.