Dicen que cuando hay para carne es vigilia.
Cuando tuvieron el poder no fueron capaces de reclamar nada, ahora que tienen libertad política se desentendieron por completo.
Aplica en el Partido Acción Nacional en Puebla como oposición al gobierno de Miguel Barbosa y la aplanadora legislativa del Movimiento Regeneración Nacional que no tuvo impedimento alguno para hacer la cirugía mayor a la estructura del gobierno.
Ni siquiera los legisladores de Acción Nacional... porque decidieron hacer el vacío en la sesión extraordinaria del viernes 26 de julio, casi una semana antes de la transmisión del poder con la que Barbosa se convirtió en gobernador constitucional.
La ausencia de la bancada panista en el Congreso generó enojo y rabietas en la dirigencia nacional encabezada por Marko Cortés, un dirigente sin liderazgo político entre los suyos.
Los enterados saben que la posición que ocupa se lo debe a dos personajes clave: el extinto senador Rafael Moreno Valle, muerto el 24 de diciembre pasado junto con su esposa, la gobernadora Martha Erika Alonso; y al ex candidato presidencial Ricardo Anaya. Ambos personajes tuvieron en el pasado reciente influencia, poder y dinero. Ahora, nada.
Por ello Cortés necesita oxígeno y construir una oposición férrea frente a las políticas públicas en el ámbito federal y estatal de la Cuarta Transformación. Esa estrategia se estropeó en Puebla. Sus diputados le fallaron.
Por eso el enojo y la rabieta: No sólo no pudo oponerse al cambio de estructura administrativa que propuso el equipo del gobernador Barbosa, sino que tendieron un manto de sospecha por un presunto acuerdo político o económico con la Cuarta Transformación en el estado.
En el colmo del absurdo, la semana pasada el diputado local, Raúl Espinosa Martínez, admitió que el bloque panista se ausentó de la sesión en la que se votaría la ampliación de las secretarías de 12 a 17 por un “acuerdo” como si fuera argumento suficiente para faltar a sus obligaciones.
Y luego deslizó, como para taparle el ojo al macho: “en nuestras redes sociales hemos estado apoyando la postura que nuestro partido tiene”. Pero ni la dirigente Genoveva Huerta fue capaz de llamar al redil a las ovejas descarriadas y azules.
Está claro que a tuitazos no se legisla... y tampoco se cambia la percepción negativa de la ciudadanía por haberse convertido en levanta dedos. Eso deben tenerlo claro los dóciles diputados de oposición.
¿De verdad esa es la oposición que merecemos frente a un nuevo grupo político que tendrá el poder durante lo que resta del sexenio? De por sí se les recuerda por agachones cuando el ex patrón que tuvieron Rafael Moreno Valle hizo de las suyas.
Más seriedad, diputados.