En la elección extraordinaria que vivimos en Puebla, el pasado 2 de junio, solo participó un poco más del 33 por ciento de la ciudadanía que podría haberlo hecho. Tan elevado abstencionismo es provocado por muchos factores que merecen un profundo análisis y una reflexión muy seria sobre qué estamos haciendo mal como sistema.
Es un problema de todos: gobiernos, partidos políticos, familias, escuelas, universidades, medios de comunicación, en fin, de todos aquellos que somos parte de la construcción de ciudadanía.
Lo anterior viene a cuento por la vergonzosa elección interna del PAN en el municipio de Puebla. Hubo de todo: acusaciones mutuas de injerencias externas, acusaciones de fraude, descalificaciones, empujones, golpes, filtraciones, en fin, una elección perfectamente desaseada. Dicen ellos que así es la democracia. Lo contrastan con los últimos años cuando una sola persona decidía quién ganaría sin ningún contrapeso y aquel que osara intentar desobedecer terminaba encarcelado.
No es un problema únicamente de Acción Nacional, en general las elecciones internas de los partidos suelen ser un perfecto manual de cómo alejar a la ciudadanía de las urnas.
Durante muchos años en el PRI se obedecía ciegamente la voluntad del “primer priista de la nación”, el presidente en turno quien desde Los Pinos decidía dirigentes de partido nacionales, estatales y candidatos a todos los puestos. Eso se terminó con Ernesto Zedillo y lo que hemos presenciado después han sido espectáculos de nula democracia, mapacheo, compra de votos y otras técnicas que ellos conocen muy bien. Basta recordar la elección como candidato de Roberto Madrazo o ver la pasada elección de la dirigencia nacional.
En el casi extinto PRD no se quedan atrás, son memorables los pleitos internos entre las tribus y los desmanes en cualquier elección, por pequeña que fuera, que este partido organizaba.
De los partidos pequeños no tiene caso hablar pues son franquicias familiares o negocios de un pequeño grupo y así se maneja todo.
En los próximos meses cambiarán los dirigentes nacionales y estatales de Morena y ya empezaron los pleitos, triquiñuelas y descalificaciones. Lo que veremos de aquí a noviembre seguramente será un lodazal.
Y después de todo esto, se limpian la cara, se lamen las heridas y pretenden con su mejor sonrisa invitarnos a que votemos por ellos.
Si bien, insisto, es un problema en el que intervenimos todos, los partidos políticos juegan un papel vital en la construcción de la democracia.
Ver cómo se desempeñan internamente es lo más alejado de lo que en cada elección llaman “la fiesta de la democracia”.
Sin embargo, no se ven vientos de cambio en el panorama.
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1.- Muy seria la acusación del gobernador Luis Miguel Barbosa en el tema de malos manejos en casos de adopción. Ojalá se llegue al fondo.
2.- Dos de los agresores que golpearon y atropellaron a una persona en el entronque de Amozoc ya fueron detenidos.
3.- El domingo el primer informe del presidente López Obrador. Habrá que estar atentos.