Hoy se cumplen 34 años del terremoto de 1985 y 2 del de 2017.

¿Qué hemos aprendido los mexicanos de ese par de terribles experiencias?

¿Estamos hoy mejor preparados para afrontar una circunstancia extrema como la de esos  días?

¿Qué aprendimos como ciudadanía?

Las respuestas no son simples y tienen muchas aristas: una de las más notorias e incuestionables es la capacidad de solidaridad y organización espontánea que podemos tener. Existe cualquier cantidad de imágenes memorables de ambas fechas donde todos nos volvimos uno y nos entregamos a los demás con una gigantesca capacidad de compasión y unión.

Sobre todo en 1985 los ciudadanos dieron una muestra ejemplar a la soberbia e incapacidad de nuestros gobernantes. Fue un renacimiento de la sociedad civil.

En el otro extremo está la actuación de nuestras autoridades donde más allá de su incapacidad, vimos también estampas imborrables de miseria humana, de vileza y de corrupción a costa de cualquier cosa. Hubo quien se robó la ayuda, quien la condicionó, quien hizo negocios con ella o quien le dio un usufructo personal, electoral.

Obviamente no es posible incluir a todos porque también hubo muchos ejemplos de entrega, capacidad e incluso heroísmo.

Definitivamente ha habido avances, la presencia de Protección Civil se ha incrementado notoriamente, hay más y mejores reglas en algunos ámbitos y los simulacros ya son cotidianos.

A la luz del 2017 esto no ha sido suficiente, aún hay reglas y permisos endebles y muy susceptibles de corrupción —especialmente en el ámbito de la construcción—, aún hay protocolos de seguridad que no se implementan completamente y aún nos falta tomar absoluta consciencia de que vivimos en una zona sísmica.

Por otro lado, esa solidaridad, unión y organización ciudadana nos hace falta en otras áreas de nuestro desempeño cotidiano. Está claro que un desastre de esas proporciones mueve las entrañas de todo mundo.

Pero si de cuando en cuando, con ciertos temas y en ciertos momentos logramos esos niveles de empatía, de solidaridad, entrega y trabajo comunitario, estoy seguro que muy pronto podríamos transformar este país.

Tú, ¿estás dispuesto?

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1.- Puebla apenas va al 20 por ciento en el tema de la reconstrucción. El presidente dice que en 2020 queda terminado el Programa Nacional de Reconstrucción. ¿Nos dará tiempo?

2.- En el Congreso se presentó la iniciativa para reducir a la mitad las prerrogativas a los partidos políticos. ¿Tendrá futuro?

3.- Abrazo y solidaridad para Zeus Munive. Cuando un individuo no conoce la razón termina por utilizar la violencia bruta. No a las amenazas.