Desde hace ya mucho tiempo…Y es que quien esto escribe, es perro muy viejo en el andar por calles, callejones y andurriales del quehacer taurino, dentro de mis recuerdos está – y no por haber sido testigo presencial – que desde que las tropas del Capitán don Hernán Cortés se instalaron en la antigua Tenochtitlan, iban sus capitanes y grandes señores, los domingos y días de asueto, muy al sur de la ciudad, a los bosquecillos que hoy son los Viveros de Coyoacan y ahí dejando a un lado sus cascos, las  armaduras, las lanzas, alabardas y las espadas toledanas; y con sus cortas y rojas capas y montadas en espadones de palo practicaban, jugaban al toro, haciendo a los aborígenes, habitantes de esos lugares hacer de toros enseñándoles a embestir llevando puntiagudas pencas de maguey como pitones. Ahí en los Viveros, se practicó y entrenó por siempre el toreo, llamado “de salón”. Ahí lo hicieron: Procuna, Arruza, Silverio. Grandes maestros que han pasado a la inmortalidad y sus enseñanzas viven, han hecho perdurar en todos los que atentos seguían sus enseñanzas, como de: Jesús “El Ciego” Muñoz, Alejandro Aguilar “El Colorín, personaje tan bien querido que cuando pregunté por él me informaron que ya se encuentra en el cielo, sirviendo las espadas a toreros de su época como Antoñete,  unos de sus últimos discípulos Federico Pizarro,  Salvador Santoyo  - a quien corresponde parte del collage (Foto 1)  -  decenas de chavales que sudorosos aprendieron las suertes y técnicas fundamentales del toreo. 

Pues resulta que en días pasados, bípedos, de azul uniformados recogieron muletas y ayudados de madera y aluminio a quienes  entrenaban, argumentando que esas peligrosas armas estaban prohibidas….

La actual gobernadora de CdMex, la doctora “en ciencias ocultas” Sccheibaum en sus oficinas recibió el reporte – pinche chisme oficializado – hecho por no identificado, ardido, peligroso y resabioso anti-todo, quien denunció que en Los Viveros, sujetos con armas peligrosas practicaban comprometedores ejercicios; anotando, también que en dicho parque están prohibidas las bicicletas, haciendo referencia los aparatos para entrenar la Suerte Suprema con la “carretilla”; una cabeza de toro montada en parte de la estructura con rueda delantera de una bicicleta. ¡Valga el fabrón cabor! Atendieron con gran rapidez a la denuncia, mientras cientos de reportes de atracos, secuestros, robos, violaciones…duermen en los archivos.

Para todos aquellos ignorantes, incongruentes que afirman que el TORO BRAVO, en las ganaderías en sus terrenos no embiste, ni agrede, recordemos a la descerebrada diputada que pidió la dejarán acercarse a corrales a acariciar a un bravo cornúpeta, y la otra mala y muy difundida costumbre de publicar fotografías de toros; muchas veces ya de edad, o bien de aquellos que por muerte de la madre han sido criados, alimentados al biberón dentro de jardines y patios de la casa ganadera y que permiten al homus sapiens acercárseles en el campo bravo. En las dehesas de Murteira Grave el señor ganadero don Joaquín Grave fue embestido por un toro en el campo, mismo que le propinó sería cornada en el muslo. ¿NO, qué sólitos en el campo no hacen nada…?

Tal parece que la actual Temporada Chica que se está dando en  La México debiera haberse llamado “Temporada de avisos” pues tal ha sido la característica de las novilladas hasta ahora efectuadas, en la del pasado domingo los clarines en las alturas sonaron por 6 veces 6, ya no vale la pena escribir los nombres de los recipiendarios de tales clarinazos. Y anotado quedó que en la del domingo anterior fueron también varios los avisos sonados. Fue el rapaz novillero José María Mendoza quien salió triunfador con el corte de un apéndice al toro “Don Ramón” que resultó el mejor de lo enviado por el ganadero don Aurelio Franco

Y, paso a despedirme citando a Juan Rulfo en palabras de  Pedro Paramo: «Quise retroceder porque pensé que regresando podría encontrar el calor que acababa de dejar».