Ha bastado un año para que Morena demuestre que el prometido cambio que tanto vendió a través de su Cuarta Transformación no fue más que un discurso.

La corrupción, el abuso del poder, las guerras intestinas, el desvío de recursos públicos para temas partidistas y tantas otras cosas que se le criticaron —y con razón sobrada—, al PRI y a Acción Nacional, hoy son el pan nuestro del Movimiento Regeneración Nacional.

Y antes de que los llamados chairos me acusen de ser parte de la prensa conservadora y fifí permítanme relatar dos de las muchas razones por las cuales insisto en que no hay diferencia –más allá de los colores- de la forma en cómo se hace la política de hoy y la que tanto repudiamos ayer.

Las asambleas distritales de Morena en Puebla, y en el resto del país, son la versión actualizada de las peores prácticas del PRD, cuando a sillazos, golpes y hasta balazos reventaban los encuentros con tal de retener los espacios y cotos de poder.

Las mismas presentan las más viejas prácticas de un PRI que inflaba padrones con personas no afiliadas, con muertos que revivían y hasta con nombres de personas que ni existían.

En nuestro estado, como en varias entidades, un alto porcentaje de las “distritales” tendrán que repetirse en tiempos límites para cumplir con los estatutos que marca Morena; es la misma situación que vive hoy el PAN que repetirá 42 asambleas municipales en Puebla.

Súper delegados en la mira

Ayer Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, secretaria de la Función Pública, compareció en el Senado, ahí reconoció que existen 12 denuncias en contra de diez de los súper delegados de AMLO por posible desvío de dinero público.

El nombre de Rodrigo Abdala aparece entre los denunciados.

Previamente Intolerancia Diario había revelado la presunta malversación de fondos públicos. Fue la propia reportera de esta casa, Yazmín Curiel, quien cuestionó a Andrés Manuel sobre cuáles serían las acciones a tomar si se comprobara la malversación de fondos.

Evasivo como siempre, el presidente respondió que podría tratarse sólo de calumnias, pero que los funcionarios tendrían que decidirse entre el servicio público o la política.

Las quejas a nivel nacional, son las mismas que en las peores épocas del PRI, Morena condiciona los programas sociales y desvía los recursos públicos para sostener en el poder a los amigos, a los cuates

Entonces, ¿Cuál fue el cambio?

La puerta falsa

Menos de 24 horas duró una puerta de cristal que se colocó en el Palacio Municipal. La tarde de ayer, mientras se realizaba un evento, la estructura se pulverizó cuando una persona salía del edificio gubernamental.

Por increíble que parezca unas horas antes, el secretario de Administración, Leobardo Rodríguez, defendió a capa y espada la instalación de los cristales.

Frases como: “son una muestra de la administración, que es de puertas abiertas”. Protección Civil dio su aval; durante la colocación no se dañó la estructura original del inmueble; soltó el funcionario que presumió la instalación y añadió que sí serían funcionales incluso en caso de un posible desalojo por sismo o incendio.

 

 

Pues no, ya vimos que no, que la puerta era tan falsa como sus palabras y que en menos de una noche, se hizo polvo.

Si bien es cierto que no hubo personas heridas y que muy probablemente se aplique algún seguro para reponer el gasto, el tema va más allá.

Es claro que la puerta no pasó la prueba de calidad. Alguien al interior del Ayuntamiento, le sigue jugando muy sucio a la presidenta.