La relación de Andrés Manuel López Obrador y los productores de flor de la Sierra Norte de Puebla no sería posible sin la intervención de un serrano que decidió hacer política partidista desde la izquierda en la Ciudad de México.

Los viveristas les decían a los poblanos que llegaron a asentarse en Xochimilco cuando Heliodoro Luna Vite los organizó para quedarse con el contrato que les permitió llenar del colorido producto todas las áreas jardinadas del Paseo de la Reforma en la capital del país.

Era el tiempo en que el Jefe de Gobierno no era un chilango, sino un tabasqueño que traía la idea de quitar a firmas empresariales y despachos de diseño ese tipo de trabajo y entregarlo a productores serranos, sin intermediarios.

Un día que Luna Vite estaba en casa de su familia, en la comunidad de Xaltepuxtla en Tlaola, lo localizó uno de los productores en la capital del país para informarle que una persona de acento costeño había bajado de un auto Tsuru para preguntar si en verdad eran productores floricultores.

Era López Obrador y su famoso chofer Nico. Recibió información puntual del proceso de cultivo, vida útil de cada una de las especies colocadas en camellones y jardines y, que como había sido acordado con la delegación Miguel Hidalgo, los labriegos poblanos dormían en un campamento montado en una sección del Bosque de Chapultepec.

En la crisis post electoral de 2006, cuando el plantón de Reforma muchos de esos productores de la sierra poblana nutrieron la protesta en la que fue acuñado el voto x voto y casilla x casilla. Era la manifestación espontánea de gratitud un grupo del agro poblano por el trabajo remunerado del pasado.

Luna Vite ha trabajado una red de relaciones con los liderazgos más influyentes de la escena nacional desde que decidió quemar las naves en la búsqueda de espacios para hacer política. Pocos perfiles en el gabinete de Luis Miguel Barbosa con los vasos comunicantes del ahora secretario de Infraestructura.

Es de los pocos poblanos que tuvieron información puntual del deceso de Marcelo Ebrard Maure, padre del canciller en su propiedad en la recta a Cholula en la primera semana de octubre; era el único en haber sido nombrado director de Presupuesto en Educación Pública en la CDMX e invitado a formar parte del proyecto de Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.

No obstante siempre ha estado vinculado al gobernador Barbosa, con quien se mantuvo íntegro al compromiso de sacar los acuerdos en los términos establecidos cuando el entonces coordinador de los senadores perredistas salió rumbo al hospital con escasas probabilidades de regresar con bien. Nada lo movió de su lugar y empeño al regreso del jefe Barbosa como él lo llama en corto.

Los heliodoros les llaman en el círculo cercano al gobernador de Puebla a Onel Ruiz; la titular de la Secretaría de Agricultura, Ana Laura Altamirano; y el edil de Zautla, Víctor Manuel Iglesias Parra.

Luna Vite se ha convertido en las últimas semanas en el blanco de una campaña maledicente inspirada por grupos de interés políticos, empresariales y económicos. Sin embargo, el pasado sobre el que se ha fincado su nombramiento hace difícil prever ese artificioso desenlace.