La inseguridad en Puebla continúa imparable y no se ven acciones que ayuden, en el corto o mediano plazo, a reducir los índices de criminalidad que cada día cobran más víctimas.
Una de las cosas que alienta a los delincuentes a continuar con sus fechorías es la impunidad, otra el silencio de las autoridades, quienes pareciera que piensan que por no nombrar las cosas o informar sobre los casos, éstos desaparecen por arte de magia.
Últimamente es más notoria la falta de información y de las acciones concretas por parte de las dependencias, como la Fiscalía General del Estado o las secretarías municipales de Seguridad Pública, para reducir la violencia en Puebla.
Le cuento esto, que usted ya sabe, por casos como el del pasado domingo cuando un par de sujetos presuntamente intentaron asaltar a un empresario y subrayo el “presuntamente intentaron asaltar” por dos razones: la primera es que la mecánica de los hechos hace pensar que los atracadores deberían ser muy irracionales para perseguir a una víctima, hasta el Chedraui Selecto.
La segunda razón es porque lo que conocemos de ese “atraco” tiene más que ver con los testigos, dichos y reportes iniciales; aún no tenemos claro qué fue lo que sucedió aquella noche en la Plaza Arcángeles.
Después de 72 horas ni el municipio de San Andrés Cholula —a través de su secretaría de Seguridad Pública—, que fue el primer respondiente, ni la Fiscalía General del Estado han salido a explicar por qué un empresario que paga impuestos en la entidad, continúa hospitalizado víctima de la inseguridad.
Pero el caso de Chedraui Selecto no es el único que aparentemente ha quedado en el olvido, o que al menos las autoridades así desearían que fuera.
¿Ya vio usted cuántos cuerpos han “aparecido” en las últimas dos semanas?
Y de esos casos tampoco sabemos nada, no tenemos oficialmente un reporte de cuántos muertos van, cuál o cuáles podrían ser las causas de estos asesinatos, si hay investigaciones para encontrar y detener a los posibles responsables.
O mejor aún, una explicación detallada de qué están haciendo las corporaciones encargadas de velar por la seguridad y aquí caben lo mismo las policías de los 217 municipios como la estatal y por supuesto, la Fiscalía General del Estado.
El tema de los ejecutados no es menor, como tampoco lo resultan delitos como el robo de auto partes o los asaltos violentos a los automovilistas y de esas ironías de la vida le cuento que en lo que va del mes dos excandidatos a la alcaldía de Puebla han vivo muy de cerca el coraje, la impotencia y el miedo que gran parte de los capitalinos experimentamos a diario.
Basta recordar que a Liliana Ortiz, esposa de Eduardo Rivera, le robaron con lujo de violencia su camioneta el pasado 7 de noviembre; mientras que ayer, Guillermo Deloya denunció en Twitter que su vehículo fue víctima de los amantes de lo ajeno en la colonia La Paz.
Con ánimo de aportar, creo que sería muy interesante una reunión entre la presidenta municipal Claudia Rivera y sus ex contrincantes Eduardo Rivera y Guillermo Deloya, precisamente para abordar el tema de la inseguridad capitalina. La experiencia del exedil y la propuesta del priista, sin duda podrán sumar.
Y en medio de este maremoto de inseguridad arrancamos la temporada más difícil del año, precisamente por el flujo de efectivo, las ventas nocturnas, el Buen Fin y las celebraciones navideñas.
Por si algo faltara para aderezar el asunto, este jueves también arrancará la prueba piloto de transporte público nocturno, una buena idea aunque para como están las cosas parece que se tratará de la rifa del tigre.