El 18 de julio de este año se describió en la entrega de Parabólica.mx la operación que tras el escenario público construyó Francisco Ramos Montaño, un tránsfuga del priismo más rancio en el panorama, al amparo del nuevo cargo que estrenó con la llegada al poder de la Cuarta Transformación.

Se trataba de un niñato que creció políticamente al lado de los vástagos de Mario Marín Torres, el repudiado ex gobernador de Puebla que terminó por entregar la plaza al candidato del PAN en 2010.

Con las relaciones que mantuvo, ese niñato se hizo yerno de Rosario Robles Berlanga, luego la hizo de gestor de obra pública en el sexenio de Enrique Peña Nieto, sobre quien pesa la peor imagen de corrupción y tráfico de influencias.

Luego se incrustó en la Secretaría de Gobernación y desde ahí dio cobijo y poder a un conjunto de personajes venidos del régimen panista, esos que la presidenta del PAN, Genoveva Huerta, ignora sistemáticamente en su condena cotidiana contra la corrupción del presente.

Fue el primer servidor público en ser echado a la calle tras una fugaz aparición en el nuevo gobierno; el segundo, José de Jesús Vázquez García, otro emisario de ese pasado priista descompuesto y corrompido.

Apenas habrá cobrado su chequecito quincenal este ex presidente municipal en Tepeaca en el periodo de 1999 a 2001.

Cinco años después Vázquez García ya había mutado. De la militancia priista pasó a la perredista de la mano de José Agustín Ortiz Pinchetti, quien lo hizo candidato a diputado federal, lo que generó encono entre la militancia auténtica tras la llegada de un perfil ajeno a la izquierda y sus principios.

A principios de septiembre de este año fue nombrado Coordinador de Delegados del gobierno de Luis Miguel Barbosa. Igual que con el niñato echado meses antes, ambos priistas asumieron que como en los tiempos de ese partido político, el PRI, la cruzada contra la corrupción era mera retórica para el agrado del respetable.

Los dos colaboradores en Gobernación de piel tricolor están de patitas en la calle. Habrán aprendido la lección las cabezas visibles de la #4T.

¿Quién seguirá?