La salida de Fernando Manzanilla provocó el arranque de campaña del ex secretario de Gobernación.

Anoche, en Off The Record, durante nuestra mesa de análisis de los miércoles, Pedro Cabañas reveló la estrategia de telemarketing para comenzar a posicionar a Manzanilla.

Contó que no habían pasado ni cinco horas de la renuncia que el propio Fernando compartió en sus redes sociales a través de un video, cuando los teléfonos de miles de poblanos recibieron misteriosas llamadas.

Con grabaciones perfectamente dirigidas, se les informaba de la dimisión del hombre que por tercera ocasión ocupó las oficinas de Casa Aguayo y también se les inquirió si sabían que Manzanilla era el mejor posicionado para ser presidente municipal de Puebla, en una clara campaña de posicionamiento del ahora suspirante confeso.

El hecho no es fortuito, este miércoles el nombre del "cuñado incómodo" resonó en medios nacionales, tanto por la columna Arsenal de Francisco Garfias en la que abiertamente se reconocen las aspiraciones de Manzanilla al gobierno de Puebla como por la entrevista radiofónica en el programa de Ciro Por la Mañana. En ambos, su renuncia fue el pretexto perfecto.

Con sensibilidad quirúrgica, Fernando evitó romper con Luis Miguel Barbosa y cuidó al detalle cada una de sus palabras cada vez que se le cuestionó sobre la imagen y hasta la salud del gobernador.

Pesé a que lo empujaron a denunciar una ruptura o desencuentros, el ex secretario no cayó en las provocaciones, por el contrario, insistió en que los señalamientos sobre la salud de Barbosa son ataques viles.

Si acaso hay algo que se pueda cuestionar de dicha entrevista es el silencio que se provocó luego de que el entrevistador le cuestionó si su renuncia sólo atendía a la conformación de equipos de trabajo en los cuales simplemente no estaba incluido. La pausa se rompió con un "sólo eso", envuelto en una risa elocuente.

Al margen de las palabras de Fernando, es evidente que la ruptura existe, que hay un distanciamiento y que este frío político será un factor decisivo en sus aspiraciones.

Manzanilla comenzó un camino con dos vías. Por un lado puede ser un agente libre desde San Lázaro y desde ahí tratar de conseguir una candidatura para el 2021, hecho que tendrá, obligadamente que contar con el aval del gobernador Barbosa. Una misión que se antoja francamente imposible.

El otro camino es apostar a que su capital y amarres políticos le alcancen, aprovechando el escaparate de los medios nacionales, los recursos económicos y la estructura creada durante los últimos años; sabedor de que tendrá que recorrer la legua a contra flujo para hacerse de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla.

Esta última alternativa no le es ajena ni lejana. Ya Rafael Moreno Valle lo hizo cuando peleado con Mario Marín recorrió Puebla colgado de su cargo como senador. Al final, su cuñado se alzó con un impensable triunfo.

Ante estos hechos salta la pregunta:

¿Le alcanzará a Fernando Manzanilla para ganar primero la alcaldía y luego la gubernatura que abiertamente ya se puso como meta?

Mi respuesta personal es que no le alcanza, que enfrentar al poder es una misión casi imposible. Sin embargo, ayer por la noche, en el programa de análisis Off The Record dividimos opiniones.

Usted qué opina, ¿le alcanzará su condición de “agente libre” para afianzar su anhelo, o su renuncia a Segob es el principio del fin de su carrera política?

Se aceptan apuestas.