Inicia el mes de marzo, y con él -por fortuna- un sin fin de convocatorias a eventos diversos, pronunciamientos, conferencias, foros, marchas, cadenas feministas, entrevistas y un gran Paro Nacional de Mujeres el 9 de marzo que ha alcanzado una amplia convocatoria y una gran respuesta al que nos sumaremos una absoluta mayoría, todo, en el contexto de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.
Convocatorias provenientes de la diversidad de organizaciones civiles, sociales y políticas, establecidas en nuestro estado de Puebla y en nuestro país, todas unificadas, como cada año, haciendo visibles logros, pendientes y problemas sin resolver de las mujeres.
Por ello importante recordar, que justamente desde principios de 1900 se conmemora este día cada año, que en 1975 fue formalizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que su origen derivó de una serie de protestas de mujeres que reivindicaban derechos laborales y políticos; incluso, en contra de la primera guerra mundial, es decir esta conmemoración también, tuvo origen en un movimiento en pro de la paz: “pan y paz” gritaban las mujeres rusas.
De manera que este evento global, tiene documentada esa larga historia de luchas y limitaciones de las mujeres, sus abanderamientos, y su objetivo ha sido, la lucha por la igualdad de género.
En el 2020, trágicamente esta fecha se enmarca en la peor crisis de inseguridad que está afectando directamente a las mujeres y niñas. Los delitos de violencias -en cualquiera de sus tipos- están presentando una tendencia al alza. Tan solo en Puebla durante este año la cifra de feminicidios llega a 29, a lo que se ha sumado el asesinato reciente de 4 jóvenes, 3 de ellos estudiantes universitarios que ha conmocionado no sólo a Puebla, ha tenido repercusiones nacionales e internacionales por el origen de dos de ellos. De ahí que en Puebla además de las convocatorias de diversas organizaciones de mujeres para conmemorar esta fecha; estudiantes universitarios han iniciado movimientos a los que se han sumado casi todas las Universidades del estado y muchas del país, exigiendo seguridad.
Sin embargo como esta fecha obliga a realizar el recuento de logros y pendientes, considero como un gran avance sin duda, haber logrado colocar en el centro del debate y atención de los gobiernos de todos los niveles justamente esta gravísima problemática de violencias en contra de las mujeres, ojalá que pronto pasen del diseño -quiero pensar que en Puebla están en esta etapa- a la implementación de políticas públicas, coordinadas y medibles para prevenirla y atenderla.
También satisface mucho que en Puebla se continúa con el rescate de las figuras femeninas que participaron en la conquista como María De Estrada “mujer soldado, encomendera y fundadora de la ciudad de Puebla” que permite comprender el papel de las mujeres que llegaron al nuevo mundo, no como acompañantes de los hombres, sino “en busca de su propia fortuna”, cómo se formaron en los ejércitos, cómo participaban en las batallas y también, cómo atendían a los heridos y esto lo pudimos conocer en la presentación del libro “María de Estrada. Mujer soldado, encomendera y fundadora de Puebla” de la colección Pedro Ángel Palou Pérez -Crónica e Historia- de la autoría de Juan Pablo Salazar Andreu, editado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura (2019) presentado hace unos días, que representa un gran aporte a la historiografía de Puebla, y que como bien comentó el autor “reivindica derechos pero también reivindica participaciones” y que me permitió el placer de escuchar y aprender de Gloria Tirado y Lidia Gómez García sus presentadoras, del propio autor, así como de las aportaciones interesantísimas de diversos miembros de la Crónica.
Ahí parte de la riqueza del mes de Marzo, que nos permitirá a las mujeres y a hombres aliados, como cada año, hacer un alto para conocer avances y retrocesos, analizar, debatir, discutir indicadores, evaluar políticas públicas; y fundamentalmente visibilizar nuevos retos para hacerlos nuestros; retomar acciones pendientes o iniciar la construcción de nuevas, y hacerlo todas, con el único objetivo de continuar la lucha en pro de la igualdad.