En las filas de la Agencia Estatal de investigación (AEI), la mayoría del personal está que no los calienta ni el sol, y piensan que la suerte los ha abandonado.
Primero les cayó como balde de agua qué Gilberto Higuera Bernal, fuera designado por mayoría como fiscal General del Estado, por la Cámara de Diputados.
Después, porque el nombramiento del nuevo director de la AEI no era quien esperaban.
Los agentes y jefes de grupo, además de comandantes, en muchas ocasiones se quejaban por la "pesada" carga de trabajo. que les era impuesta por Juan Luis Galán Ruiz, quién hasta este domingo dejó de ser su jefe y resulta que el relevo apunta a ser su real dolor de cabeza.
Se trata de Gerardo Mejía Granados, calificado por la entonces delegación de la PGR en Quintana Roo, en el año 2015, como "la madre que se come a sus hijos", por la tiranía que demostró a los 65 agentes del ministerio público que tenía a su cargo tras obligándolos a trabajar en forma ininterrumpida de las 5 de la mañana hasta las 12 de la noche, sin permiso para salir a comer.
Y es que resulta, de acuerdo a la nota periodística firmada por Pedro Canché, del medio "Noticias del Mundo Maya y México", qué Mejía Granados, había recibido como ultimátum que en tres meses debería de mejorar el trabajo en la delegación de Quintana Roo y en caso de no hacerlo sería relevado de su cargo.
Quién le dio la encomienda y el ultimátum fue nada menos que Don Gilberto Higuera Bernal, en ese entonces subprocurador de control Regional de la PGR, que desde un principio le exigió resultados.
Los 65 agentes del ministerio público federal a su cargo, o la gran mayoría de ellos se quejaron, de qué de 3 horas que les daban para comer se la redujeron a dos luego a una y posteriormente ya no tenían permiso para salir.
Posteriormente se quejaron de que les impuso cómo horario para entrar a trabajar de las 5 de la mañana a las 12 de la noche o más tarde, de lunes a viernes, cuando su carga de trabajo era totalmente distinta.
Gerardo Mejía Granados es ahora el nuevo jefe de los agentes de investigación y por lógica deberá de traer toda una logística emanada de la corporación federal, lo que de entrada significa que todos los mandos que en estos momentos se encuentran al frente de la corporación serán obligados o a renunciar, o a perder sus rangos, en algunos otros casos hasta consignados, por haber incurrido en delitos dentro de su trabajo.
Con esta carta de presentación no es necesario adivinar cuál es el futuro qué le espera a quienes componen las filas de la AEI.
No se le hizo a los poblanos
Es preciso comentarle que es una pena que David Alejandro Macedo Santos, no haya quedado, como se había rumorado, como director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), en sustitución de Juan Luis Galán Ruiz, quién desde la tarde del domingo presentó su renuncia con carácter de irrevocable.
Macedo Santos, con la experiencia obtenida en cursos internacionales, además de ser agregado legal en Washington Estados Unidos, y delegado de la PGR en Tlaxcala y Querétaro, contaba con la experiencia necesaria para renovar una corporación sumergida en el ostracismo.
Miguel Jiménez de regreso a Puebla
Tenga en cuenta este nombre, José Miguel Jiménez Castillo, maestro en derecho, con importante trayectoria en las filas del ministerio público federal, con amplia experiencia para fortalecer la seguridad pública en la ciudad de Puebla, no tarda en recibir una encomienda de mucha responsabilidad.
En breve la seguridad pública de quienes vivimos en la ciudad de Puebla dará un giro muy importante, de entrada habría una limpia de los mandos de seguridad de la capital y después una atención total el principal problema que nos aqueja que es la seguridad pública.
A la brevedad se darán a conocer cambios que ya eran una exigencia de la sociedad y que pueden llevar a la reconciliación de sus habitantes son las autoridades del ayuntamiento de Puebla.
Además Jiménez Castillo trae bajo el brazo una amplia recomendación por parte del Gobierno de la Cuarta Transformación, por todas las propuestas de seguridad que ha presentado en materia de seguridad pública.
Nos vemos cuando nos veamos.