El efímero vocero especial de los patrones sindicalizados para la ‘defensa del derecho’, Javier Lozano Alarcón se dijo ayer en Grupo Fórmula con Ciro Gómez Leyva ‘marido engañado’, luego de que Coparmex lo bajó de la chamba prometida.

El Tigre Humberto Aguilar Coronado, director de la Fundación Preciado, definió con claridad en el programa Parabólica.mx la importancia que el ex secretario de Trabajo con Felipe Calderón Hinojosa, el ex priista, panista y reconverso al priismo merece en la actual coyuntura política en México: la nada.

Entre líneas sugirió lo que ya se dice en las mesas y comederos políticos en la Ciudad de México: De Hoyos busca desde Coparmex construir su propia candidatura política. Hacer ‘vocero especial’ era un error temprano en las aspiraciones del líder patronal, que pareció entenderlo tarde pues el poblano fue expuesto al ridículo nacional.

En sentido contrario a la postura del panista Aguilar Coronado, se condujeron Jorge Aguilar Chedraui, ex líder del Congreso en tiempos de Rafael Moreno Valle y Jesús Zaldívar, actual dirigente municipal panista, que mostraron una condición precoz.

‘Estoy seguro que tu incorporación como Vocero Especial (sic) es un acierto de la sociedad civil organizada. Deseo éxito en tu encargo @JLozanoA’ escbririó presuroso Jorge Aguilar y lo secundó Zaldívar al llamarlo ‘estimado’. Muy poco les duró el gusto.

El impresentable Lozano Alarcón, a quien en su momento se le valoró desde el morenovallismo para ser candidato a edil de la capital de Puebla bajo el cobijo del Partido Acción Nacional, había salido momentáneamente de la zona lumpen a la que fue arrojado desde que su candidato presidencial José Antonio Meade perdió en 2018.

Para medirlo en tiempo laboral según la perspectiva patronal, alcanzó a cumplir una jornada laboral y un poco más allá de las ocho horas reglamentarias, pero el bochorno se extenderá mucho más allá, seguro.

Un día después del ascenso y caída del ex empleado de Melquiades Morales, Mario Marín, Rafael Moreno Valle y de José Antonio Meade, los propios panistas fueron quienes compartieron una de las caricaturas más hirientes de las que se hicieron del personaje e inundaron espacios editoriales.

En el fondo un collar de perro con una placa de color azul con el acrónimo FECAL (Felipe Calderón Hinojosa), en un plano más próximo, otro collar con la placa en tonos tricolores con el apellido Meade y en primer plano, la figura de un dóberman con el rostro del exquisito pianista con un nuevo collar: el de la iniciativa privada.

Lozano Alarcón no regresará a las ligas en las que se le permitió desde que fue secretario de Trabajo con Calderón, el otro malqueriente de Acción Nacional, aunque aún en medio de su abundante arrogancia suponga lo contrario. El ‘marido ofendido’ no se ha percatado de ello.

Qué paz.