La población de Tlalamac, municipio de San Miguel Atlautla, se ubica en el sur-oriente del estado de México, es zona de volcanes, colinda con los estados de Puebla y Morelos, donde existen antecedentes de la detención de grupos de secuestradores.

Es en este lugar fue liberado el General de Brigada Guillermo Lira Hernández, quien aparece en una fotografía a un lado de elementos de la policía municipal, vistiendo un pants oscuro de la marca Nike, tenis o zapatos gris, además de una playera de color naranja; presentando huellas de haber sido golpeado, incluso tiene el tabique de la nariz fracturado.

El general Lira Hernández fue secuestrado la tarde del sábado 13 de junio, cuando llegaba a Izúcar de Matamoros Puebla, tras salir de las instalaciones del Heroico Colegio Militar en la Ciudad de México, a bordo de su vehículo Audi tipo A-3.

Los primeros reportes del secuestro del militar de rango dicen que quienes se lo llevaron pidieron 5 millones de pesos de rescate, luego 3, luego no se sabe más, hasta que fue liberado por los mismos captores, sin que se conociera la cifra exacta del pago.

Las redes sociales ubican al General de Brigada como uno de los que ha participado en misiones contra el crimen organizado, por lo que su secuestro tiene por lo menos tres vistas.

La número uno indica que se trató de una advertencia al gobierno federal o al ejército mexicano, por su presencia directa en el país realizando actividades de prevención ante la población civil.

Pudo haberse tratado de fanfarroneo para demostrar los alcances del crimen organizado para levantar a un funcionario federal o un mando militar.

O pudo haberse tratado de un aviso de la mafia a los mandos militares, para delimitar territorios, permisos y presencia de las fuerzas castrenses en zonas delictivas.

Muy, pero muy en corto, se maneja que pudo ser un grupo criminal del Estado de Morelos, quienes se encargaron del secuestro, que estarían ligados al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Que lo fueron siguiendo desde que salió del Colegio Militar, hasta que llegó a Tepexco, zona histórica de secuestros, donde fue levantado y llevado a una casa de seguridad donde fue golpeado y maltratado.

Y lo curioso de lo curioso.

Fue liberado 48 horas antes de la visita del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador a Puebla.

Nos vemos cuando nos veamos.