Si todos los caminos conducen a Roma, en Tlaxcala toda la coyuntura delictiva apunta al Partido Revolucionario Institucional, aún en el poder estatal en manos del gobernador Marco Mena.

El territorio vecino enfrentará un proceso electoral en 2021 como en otras 14 entidades del país, con la particularidad que el ejecutivo local deberá sortear con dificultad un escenario inédito, con ingredientes que van más allá del terreno electoral.

Dos personajes son clave para entender el difícil camino del priismo de Alejandro Moreno en el país y de Mena en Tlaxcala: Beatriz Paredes Rangel, mujer insignia de un priismo rancio y José Aarón Pérez Carro, secretario de Gobierno aún en el cargo.

Ambos han mantenido vínculos políticos y afectivos con personajes que están sujetos a procesos de investigación judicial por probables actos de corrupción.

Paredes Rangel, ex lideresa del PRI quien aún es admirada por la clase política priista tlaxcalteca y poblana fue tutora de César Duarte Jáquez, detenido este miércoles en Miami acusado de desvío de mil 200 millones de pesos que habrían parado en las campañas del PRI, peculado y delitos electorales.

La trayectoria de Duarte, cuyo último cargo fue el de gobernador de Chihuahua creció a la sombra de la tlaxcalteca.

Testigos presenciales narran los malos modos y carentes de decoro con los que era tratado el ahora detenido y futuro extraditado de parte de la mujer que lo hizo presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro y luego candidato. Nada de esos pasajes serán del juicio popular cuando la figura del imputado sea recodada en la antesala del proceso electoral del próximo año.

En el caso particular de Pérez Carro es aún más grave porque formó parte de quién pudo haber truqueado la indagatoria para encontrar a los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala en septiembre de hace seis años: Tomás Zerón de Lucio, responsable de la Agencia de Investigación Criminal y a quien ya busca la Interpol.

La captura del ex funcionario de la Procuraduría General de la República no parece muy lejana. El subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas tiene claro en dónde puede estar escondido.

La aprehensión arrojará múltiples responsables de entre los cuales se podría ubicar al responsable de la política interna en el estado de Tlaxcala en donde el PRI aún gobierna con cierta dificultad.

Colocar a estas dos piezas del caza en tiempo de campaña será funesto para el gobernador Mena y para el pragmático líder priista Alejandro Moreno, necesitado de aliarse hasta con una entelequia como el Partido de la Revolución Democrática.

La temporada de caza parece haber comenzado.