Durante las primeras horas de la madrugada del jueves 30 de julio, los vecinos del callejón de la 22 Poniente, del barrio de San Antonio, reportaron múltiples detonaciones de arma de fuego, no como de un enfrentamiento sino de una especie de festejo al estilo de las mafias del narco.
Los primeros en llegar fueron elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que arribaron al lugar del concierto de plomo y al darse cuenta de qué se trataba decidieron retirarse sin molestar a los tiradores, que se divertían en su narcofiesta.
Se trató de Erick N., quien festejaba haber adquirido la plaza del Centro Histórico, para el tráfico de todo tipo de drogas, en el popular estilo del narcomenudeo
Este no tan nuevo personaje del crimen organizado aprovechó la reciente detención de El Margaro, quién era el líder de la Maldita Vecindad Dos, desarticulada por el gobierno de Puebla, para apoderarse de calles, privadas y avecinan del primer cuadro de la ciudad, en la venta y la distribución de drogas.
El festejo de Erick N., según él, nuevo dueño de la plaza, se dio horas antes de que la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, declarará que en su gobierno no se tolera la corrupción y horas después de que una empleada de la SSC fue detenida por su relación con un caso de extorsión.
La nueva red de narcomenudeo presume entonces la protección, otra vez, de la Policía Municipal, y esta vuelve a ser del Quinto Sector, como pudo haber ocurrido en el caso de la Maldita Vecindad Dos y en otros más.
El Centro Histórico de la ciudad de Puebla enfrenta en estos momentos crisis tanto de salud como económica y ahora también de seguridad.
No descarte el lector que la llegada del nuevo patrón, tenga como consecuencia más muertes violentas y desapariciones sin aclarar.
Nos vemos cuando nos veamos.