Sólo al fino olfato del observador agudo fue notorio el cambio de talante del gobernador Miguel Barbosa respecto del subsecretario para la prevención de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez a su paso por Puebla este fin de semana, gira de la que algunos analistas observaron como parte de un gesto tempranero de proselitismo con miras al proceso intermedio de 2021.
Al reportero Álvaro Ramírez, único en conseguir una entrevista de 25 minutos a solas con quien es considerado como una especie de rockstar de la #4T repitió lo que momentos antes le había sugerido responder el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo: en material electoral y apetitos políticos, “soy asintomático”, reviró.
Con candidatura o no, López-Gatell consiguió persuadir a uno de los más escépticos por su desempeño como vocero durante la pandemia. Barbosa había contrariado en público una y otra vez los dichos del funcionario de salud.
Sin embargo, el viraje sucedió desde la tarde en que con un choque de puños selló el despido entre ambos, más aún, el momento en que ceden la palabra y el mandatario decide guardar prudente silencio para dejar a los especialistas de salud responder a los medios.
Dura, severa y pública era la opinión de Barbosa con respecto al desempeño de López-Gatell desde que éste fue encomendado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para encabezar la política de comunicación en la etapa pandemia.
No era el único, pues entre la cúpula dominante de la Cuarta Transformación hay celo y encono por el papel de primera línea que ha permitido superar en cobertura mediática incluso al canciller Marcelo Ebrard, el mejor evaluado del gabinete presidencial.
Un cercano al mandatario poblano explicó al autor de la columna el cambio de señales desde este fin de semana.
López-Gatell junto a otros funcionarios federales, presentó el programa de salud comunitario para Puebla como ya había sucedido en el sureste del país, pero fue éste quien acaparó la atención de la clase política y la esfera mediática.
Dos variables incidieron en el cambio de ánimo y percepción: el dominio estadístico y epidemiológico y la claridad para transmitir la información sobre el Covid-19.
El vocero federal durante el Covid-19 podrá decir que en materia política es asintomático, pero el virus de la tarea electoral cuando es anómalo en un organismo vivo como el Movimiento Regeneración Nacional ante un panorama adverso en 2021, puede resultar en eficaz antídoto, ya se verá.
El plasma de los asintomáticos suele ser recomendado ante padecimientos como éste virus que inquieta en el futuro.