Pocas historias políticas del México reciente son ajenas a la perversidad, la ambición y la componenda como la del duartista que busca acomodo, poder y dinero en Puebla.
Es el caso de quien al amparo de Javier Duarte de Ochoa, el ex gobernador de Veracruz que más acusaciones comprobadas tiene por una larga cadena de decadente corrupción y que amasó una fortuna personal con negocios opacos.
Es Othón González Ruiz, autoproclamado mano derecha de la ex líder magisterial Elba Esther Gordillo Morales y quien aún con ese pasado se ostenta con sobrada influencia en el partido en ciernes Redes Sociales Progresistas (RSP). Su nombre aparece repetidamente en investigaciones de desvío de recursos en el último sexenio que el PRI encabezó en aquel estado.
Aunque ha podido sortear con chicanas jurídicas presuntas responsabilidades, no ha estado ajenas a indagatorias por lavado con el panista Miguel Ángel Yunes, a quien en tiempos de la borrachera duartista bautizó como el perro. Sus cuentas fueron congeladas en el pasado por instrucción de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Todo está en referencias hemerográficas, judiciales y la comidilla política y de ese tamaño es el expediente irresuelto del duartista Othón González, quien desde hace por lo menos un lustro busca reeditar en Puebla su modelo de negocios, extender sus intereses y llevarse una tajada del erario poblano, como antes lo hizo con los últimos tres gobernadores veracruzanos: Miguel Alemán, Fidel Herrera y el inefable Duarte.
En Puebla es conocido por intentos fallidos a través de empresas de dudosa reputación, e incluso por la implementación de medios de comunicación, en las que dejó un tiradero de demandas laborales y de litigios inacabados.
No pudo entrar en el círculo del régimen morenovallista y tampoco con el sucesor Tony Gali, con quien también se frustró la tajada de pastel del erario.
En Veracruz y en Puebla se sabe, no ha sido sencillo refugiarse sobre todo con ese pasado imborrable.
Hace meses alguien escuchó a Elba Esther hacerle una advertencia, más que recomendación, cuando soltó un “pórtate bien Othón”. Los ecos de sus pasos lo persiguen a donde quiera que vaya.
Hoy algunos grupos lastimados buscan cobrar viejas facturas mientras que éste “se escuda en la supuesta protección que tiene de Édgar Macedo Núñez, hijo del General Rafael Macedo de la Concha”, confió una fuente, a quien trata de introducir en Veracruz a través de las Redes Sociales Progresistas.
En Puebla la alerta está encendida. Aunque no ha funcionado, ha persistido en la idea de hacer negocios. El esquema con que al menos logró más de 200 millones de pesos de ganancias -documentadas en las indagatorias contra el duartismo- con sus medios de comunicación en Veracruz, como el ya desparecido periódico digital El Golfo (www.elgolfo.info), se ha propuesto traerlo a Puebla, no obstante haber dejado abandonado al equipo editorial con quien comenzó en 2016 Los Fuertes.MX
Ahora busca allegarse de convenios, contactos, prebendas y pago de “asesorías y favores”, a través de la organización RSP, que obtendrá registro como partido político nacional ante el Instituto Nacional Electoral (INE) en menos de 90 días.
Hace meses que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de las Redes Sociales Progresistas le cerró la puerta en la nariz y hoy es lo más parecido a un apestado en el grupo elbista.
El esquema ya está en el mapa del dirigente nacional y yerno de Gordillo, Fernando González Sánchez, ante quien quedó al descubierto el esquema de operación. A pesar de que ya no es bienvenido allí, ofrece “el respaldo político” de esa asociación al mejor postor.
Lo mismo a los huérfanos del anterior régimen, el morenovallismo, que a los nuevos rostros del actual sistema.
La venta de garaje de candidaturas, de márgenes de poder, gestoría directa con “la maestra” y un largo menú de “servicios”, es lo que hoy ofrece el duartista.
La meta es la misma: presionar, envolver, vender espejos y obtener tajadas de no menos de seis ceros. Sus clientes potenciales son los mismos, pero su método de operación el mismo.
En la próxima entrega, revisaremos el expediente del duartista que busca afianzarse en Puebla.