El Partido del Trabajo parece estar dispuesto a la disolución de una relación que devino tóxica apenas llegó al poder con el Movimiento Regeneración Nacional en 2018 a nivel nacional, y en 2019 en Puebla.

Las señales de Alberto Anaya, único propietario de la franquicia electoral que ha tejido alianzas con la más amplia gama partidista, apuntan a que por fin buscará competir en 2021 con candidatos y recursos políticos propios, al menos en el territorio poblano.

Lejos de los principios que abrazó con organizaciones como la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, el movimiento magisterial independiente o la coordinadora nacional Plan de Ayala, el PT decidió reclutar perfiles cuyos orígenes los hace ver con fuerza emergente, incluso por su trayectoria en el ámbito público, social o deportivo.

Es así como se entiende que haya fichado para competir por la presidencia municipal de Teziutlán a Eduardo Juraidini Rumilla, quien junto con su hermano Alberto mantiene estrecha relación con el Diablo Fernández (José Antonio Fernández Carbajal) del poderoso Grupo FEMSA, notoriamente distanciado de la #4T.

Para la capital de Puebla será el ex director del Sistema Estatal DIF con Mario Marín Torres primero, y luego con Guillermo Pacheco Pulido, en el interinato, Arturo Hernández Davy.

La sola presencia como virtual competidor por la presidencia municipal abre una zanja a la probabilidad de que PT y Morena vayan con candidato común en la persona de Gabriel Biestro Medinilla, hasta ahora el más mencionado para abanderar al partido del gobernador Miguel Barbosa.

Con la candidatura de Hernández Davy en la capital se abre la probabilidad de reclutar a un abanderado de una larga trayectoria en el servicio público y en la política, pues sus orígenes en el ámbito con al menos tres gobernadores, Manuel Bartlett Díaz, Melquiades Morales Flores, Mario Marín Torres y Guillermo Pacheco Pulido.

La distancia que marcó con la gestión y personeros de Rafael Moreno Valle y la discreción con la que trabajó en el DIF Estatal hasta antes del arribo de Morena al poder lo podrían poner a salvo de la maledicencia que pretendidamente ha querido sembrar desde siempre Fernando Manzanilla Prieto, profundamente repudiado en el PT.

 

Dos perfiles como Hernández Davy y Biestro Medinilla en la contienda ofrece un panorama aún más inédito: dos competidores por el ala de la izquierda con trayectoria propia en una ciudad sobradamente conocida por su conservadurismo.

 

Un expediente que estará presente en la escena será lo que cada uno de ambos ofrecerá en materia de seguridad. La presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, también de Morena, ha desistido a esa idea, hasta recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.  

 

Más o menos lo mismo sucede en San Andrés Cholula, en donde un cachorro del yunque encabeza los afanes del PT. Es Eduardo ‘Yayo’ García Casas, hijo de El Pichón Eduardo García Casas.

El padre del virtual candidato en Cholula fue quien junto con un grupo de empresarios conservadores decidieron en la segunda mitad del siglo pasado fundar la Universidad Popular Autónoma de Puebla, una trinchera académica y educativa frente a la omnipresencia de Los Carolinos, de la entonces izquierdista Universidad Autónoma de Puebla.

Del abanico de futuros candidatos y candidatas, quien ofrece una figura más apegada a la doctrina del partido de la estrella es la actual secretaria de Bienestar en el gobierno del estado, Lizeth Sánchez, que apunta por la presidencia de San Martín Texmelucan.

 

La baraja de Anaya está abierta, sus nuevos fichajes ya comenzaron a mover el engranaje de experimentados y nuevos integrantes de la política local. La gran interrogante es si el líder fundador de este partido político desde los tiempos del salinato se mantendrá en la idea de competir con independencia o cederá, como ya ocurrido, a unirse a nuevas coaliciones.

@FerMaldonadoMX