Transitar por cualquiera de las calles de la capital o la zona conurbada de Puebla resulta un verdadero reto para los automovilistas debido a la cantidad descomunal de baches que han aparecido en los últimos días.

Es un hecho, los gobiernos municipales de la 4T tampoco pudieron o no quisieron realizar las obras de bacheo y reencarpetamiento en los mejores meses del año para hacerlo, que son justamente antes de que comiencen las lluvias.

Y aquí quiero ser muy claro, no se trata de señalar únicamente al gobierno de Claudia Rivera, no. Mucha responsabilidad tienen también alcaldes como Karina Pérez Popoca de San Andrés Cholula; Guillermo Velázquez de Atlixco; Lupita Daniel en Cuautlancingo; Antonio Teutli en Coronango o Norma Layón en San Martín Texmelucan.

Incluso, en la lista también debiéramos señalar a las secretarías de Infraestructura y Transporte que tienen a su cargo importantes vialidades por donde diariamente circulan miles de vehículos particulares y unidades del transporte público.

La Recta a Cholula, por ejemplo, es la vía por excelencia para conectar a la zona de las Cholulas con el centro de la capital y hoy por hoy es un campo minado en donde uno maneja más preocupado por no perder una llanta que por cuidar la distancia y la velocidad.

Recorrer las calles de la ciudad como la 14 Sur se convirtió en un deporte de alto riesgo y en los municipios que colindan con Puebla la situación es la misma. Llegar a Coronango o Cuautlancingo sin caer en una decena de baches, es prácticamente imposible.

Es real que los presupuestos con esta Cuarta Transformación y con el austericidio resultan insuficientes, como lo fueron en todas las administraciones anteriores, pero cierto es también que a las actuales administraciones municipales –y a la estatal- la obra pública simplemente no les ha importado.

Reparar las vialidades con programas como el de Mil Calles o la fuerte intervención que en su momento realizó la administración de Blanca Alcalá, son ejemplos de que sí se puede reorientar el recurso público y que con algo de voluntad política y decisión, se ofrecerían calles dignas a los poblanos.

Por si fuera poco, la aparición de estos cráteres en el pavimento son —además de muy costosos para los automovilistas— un riesgo enorme para los peatones, quienes no están exentos de tener que esquivarlos al atravesar las calles o lesionarse al cruzar las avenidas.

Para los usuarios del transporte público, los baches representan fuertes sacudidas, golpes y jaloneos al interior de las unidades, mientras los valientes choferes insisten en jugar carreritas en vialidades que convierten el trayecto en una experiencia tipo Safari.

Confiemos en que los programas de obras que anunciaron para el segundo semestre de este año las administraciones de Miguel Barbosa y Claudia Rivera, incluyan una partida que, con tiros de precisión, disminuyan notablemente el problema que cada temporada de lluvias se presenta en nuestra Puebla de los baches.

El circo del señor “L”

Después de que se filtró una copia de la presunta denuncia que presentó Emilio “L” en la Fiscalía General de la República contra Enrique Peña por el caso Odebrecht, la FGR salió a reconocer tácitamente que el documento de 63 páginas era legítimo, que era copia fiel de la querella.

En un comunicado la Fiscalía anunció se ha iniciado la Carpeta de Investigación correspondiente, para citar a quienes hayan tenido acceso a ese documento y para realizar todas las diligencias ministeriales necesarias”.

Y de colofón, una ironía total, pide a los medios y a los periodistas que recibieron el documento que revelen su fuente, violando así el secreto profesional: “Invitamos también a quienes la recibieron para que proporcionen el origen de dicho envío”.

Es claro que en el circo del caso “L” lo importante es hacer un show mediático antes que impartir justicia, incluso si de manera burda y premeditada se viola el debido proceso.