La semana pasada le adelante que algo olía muy mal en el Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (Capcee), hoy le ofrezco más detalles del organismo.
Recordemos que la idea de este Comité, sectorizado a la SEP, busca proporcionar la infraestructura física para que los alumnos tengan espacios de calidad. Hasta ahí la idea suena muy bien.
Pero las obras, ya sabemos, comúnmente están ligadas al moche y la corrupción.
Nuevamente, en teoría, el Capcee cuenta con un área dedicada a la supervisión de proyectos y ésta debería ser quien diera la autorización para iniciar las obras, sin embargo, por alguna razón, aparentemente inexplicable, las personas dedicadas a esta supervisión simplemente desconocen los temas básicos.
El área de Proyectos y Costos realizó cambios radicales en su personal y en los procesos internos, estas modificaciones han impedido que los demás departamentos avancen de forma correcta.
Anteriormente los supervisores evaluaban y validaban la meta, para ello acudían físicamente al sitio en donde se construiría la obra. Ahora el personal de Proyectos decide cuál es la meta y manda a construcción lo que a su juicio, se tienen que generar.
El problema es que al no conocer realmente los procesos ni las comunidades en donde se realizarán las intervenciones, los resultados están siendo catastróficos. Obras a medio hacer o inservibles, gastos dobles, espacios inadecuados, etcétera.
Esa misma área, la de Proyectos, está enviando información escasa, a medias o incompleta por lo cual generar los catálogos de obra, es un verdadero reto y en la mayoría de los casos ha sido necesario reprogramar las obras o ajustar a la alza el monto de las obras. Al menos 80 por ciento de los catálogos presentan problemas de retrasos y sobrecostos.
Pero no sólo esta área del Capcee es la que presenta problemas, la gente que labora en Planeación tampoco ha realizado un buen trabajo. Los expedientes técnicos que son llevados a la Secretaría de Finanzas para su validación y licitación no pasan la prueba de fuego y son regresados a menudo al Capcee. En el colmo, varias de las obras que son urgentes para ofrecer espacios educativos dignos a los menores, son rechazados por la pésima redacción de los proyectos.
Un problema que agrava la situación es la mala, muy mala relación que existe entre los trabajadores, directivos, jefes y supervisores del organismo, debido a que en muchos casos ni se hablan, los operativos terminan realizando dos o tres veces el mismo trabajo.
Las obras, además de todas las complicaciones que aquí he relatado, también comparten constructoras. Las consentidas son las siguientes: Constructora Templex SA de CV, Gomezga SA de CV, Torrhnos SA de CV, Constructora SA de CV y Cerro Estrella SA de CV.
En la entrevista que el gobernador Miguel Barbosa le concedió a este medio, reveló que más de 150 obras, presuntamente realizadas en diferentes planteles educativos se pagaron pero jamás fueron edificadas.
Sin duda que urge poner orden en el Capcee y limpiar la corrupción que se observa a kilómetros de distancia.
Todas estas irregularidades ocurren ante una sospechosa complacencia del secretario de Infraestructura Juan Daniel Gámez Murillo quien pareciera no darse cuenta o ¿será complicidad?
Veremos y diremos.