La tierra mexicana no ha dejado de trabajar en favor de la población. Aún en los momentos de mayor riesgo ocasionados por el Covid-19, inseguridad y falta de apoyo gubernamental, las mujeres y hombres han acudido sin falta a los sembradíos para garantizar la alimentación de millones de personas.

Pero hoy la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no solo no reconoce este compromiso y responsabilidad, sino que pretende darles el estoque final con la inanición presupuestaria que ha planteado.

No entienden que la cuestión de la tierra en México, además de ser un asunto de interés económico, es sobre todo, un tema que tiene hondas raíces, nunca mejor dicho, históricas e identitarias.

Los años 2019 y 2020 han sido difíciles para el campo mexicano, pues los recursos públicos que hasta 2018 lo habían colocado con altos niveles de producción, disminución de la pobreza y progreso, han desaparecido, y 2021 amenaza con ser peor.

Si bien la Secretaría de Desarrollo Rural Sustentable (SADER) tendrá un incremento aparente de poco más de mil 700 millones de pesos, lo cierto es que solo 3 de cada 100 pesos serán destinados al fomento de la producción en agricultura, ganadería, pesca y acuicultura. Eso si al iniciar 2021 a la SHCP no se le ocurre repetir el machetazo de 75% de los recursos presupuestados, como sucedió trágicamente este año, dejando a millones de trabajadores del campo literalmente en la calle.

Ese “incremento” viene acompañado de la desaparición de 17 programas productivos y organismos que atendían al campo que, al más puro estilo de la desaparición de estancias, guarderías y fideicomisos, dejarán de apoyar a millones de mexicanos sin que se les ofrezcan alternativas.

Son programas como Crédito Ganadero a la Palabra, Desarrollo Rural, Vinculación Productiva y Fomento de la Ganadería y Normalización de la Calidad de Productos Pecuarios, representando en su conjunto el peor agravio del que pueda ser objeto el campo mexicano.

Ya ni hablar de los precios de garantía que se les habían ofrecido en campaña.

A la par, el Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) sufrirá un recorte de 806 millones de pesos (20%), poniendo en riesgo la vigilancia de la sanidad de los alimentos que consumimos en todo el país.

De ese tamaño es la irresponsabilidad del paquete económico propuesto para el año siguiente a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Sé que muchos legisladores de Morena identificados con la clase campesina no apoyan estas medidas en extremo neoliberales, por lo que el PRI los convoca a sumar esfuerzos para evitar la desaparición de la labor productiva en el campo mexicano y se cancele con ello definitivamente la soberanía alimentaria que nuestro país requiere.

La pobreza en el campo se combate con productividad, no con asistencialismo. Por más avanzado que se encuentre el siglo XXI en la tecnología que potencia las transformaciones y facilita los servicios, el sector primario de la economía es la base a partir de la cual se constituye la sociedad más avanzada.

Alejandro Moreno, Presidente Nacional del PRI.