Con la sensibilidad de un elefante, el poblano-tabasqueño Manuel Bartlett, se mofó de la denuncia que advirtió el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, por las decisiones que erráticamente tomó el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para desfogar la presa Peñitas.

No sólo se trató de un mal cálculo o de una decisión menor. Cientos de familias y decenas de colonias, en los municipios centrales de Tabasco, quedaron bajo el agua ante la negligencia de los directivos de la CFE y eso efectivamente, debe ser sancionado.

Manuel Bartlett, reconvertido en un flamante funcionario de la 4T, ha sorteado desde precisos señalamientos por enriquecimiento ilícito hasta un borrón y cuenta nueva, tras la sobra de la caída del sistema en 1988, cuando se consumó un fraude electoral y eso que para AMLO se trata de un imperdonable delito.

El que fuera gobernador de Puebla, como premio a su teje y maneje electoral, ha sido uno más de los funcionarios incomodos del gabinete de AMLO, sin embargo, el presidente siempre ha encontrado la manera de justificar las acciones de su subordinado y mantenerlo en la nómina aunque eso sea, literalmente, contradictorio a los principios de “no mentir, no robar y no traicionar”.

Al gobernador de Tabasco debió hervirle la sangre cuando vio el video de la entrevista banquetera donde Manuel Bartlett sostiene que la denuncia anunciada en su contra “le causa risa” o cuando sin pudor alguno declaró que: “hay gente que anda buscando a ver a quién le echa la culpa de sus torpezas”.

Y no sólo por un tema de dignidad, porque sabemos que eso difícilmente lo conocen los políticos, sino porque viendo los estragos que causó la decisión de la CFE, el director simplemente se rio y ni siquiera fue capaz de tratar de resarcir en algo las terribles consecuencias que causó a miles de habitantes, del estado que vio nacer tanto a AMLO, como al propio Bartlett.  

Nadie podrá esgrimir el absurdo argumento de ‘la luna llena’, él y sus burócratas desfogaron la presa Peñitas a más de 1500m3/seg. y con ello inundaron criminalmente la planicie tabasqueña. Señor Bartlett eso no se llama torpeza, se llama irresponsabilidad y negligencia criminal”, señala uno de los reclamos del representante tabasqueño.

Las fuertes declaraciones del gobernador, a través de Twitter, advierten un riesgo mayor. Para nadie es secreto que los 10 mil pesos que se otorgaron a algunos de los afectados no subsanaron en nada las carencias y el enojo del pueblo, más el abandono –real- de la federación, son una combinación explosiva que bien podría terminar en un abierto rompimiento entre un abnegado mandatario de la 4T y López Obrador.

Cuentas pendientes, también en Yucatán

Muy cerca de Tabasco, en Mérida, los habitantes también se preguntan porque mantiene el lopezobradorismo a un nefasto funcionario al frente de la CFE.

En la cálida capital de Yucatán cada vez son más constantes lo llamados “apagones”, una “estrategia” de la paraestatal de Manuel Bartlett para tratar de que alcancen los watts, para suministrar energía a hospitales e instalaciones esenciales.

Quizá si alguien se tomara la molestia de explicarle a Andrés Manuel que muchos de esos watts se podrían obtener a través de las energías limpias que tanto se empeña en desdeñar, otra sería la historia y los habitantes de la blanca ciudad no tendrían que estar padeciendo cada vez que a la CFE se le ocurre bajarles el switch.

¿Será que el cúmulo de yerros por fin llenen el vaso y ahora sí, AMLO encuentre razones para pedirle la renuncia a Bartlett, o lo seguirá defendiendo a cualquier costo?

Veremos y diremos.