Como no pudieron "cargar" a Federico López, líder de la organización de comerciantes informales Fuerza 2000, para meterlo preso y quitarlo de las calles, ahora ponen precio a su cabeza.

Trascendió en los corredores delictivos que alguien ofreció una suma de dinero para que quien quite del camino a El Fede, como se le conoce al líder de comerciantes ambulantes.

Por causas que tienen que ver con la envidia y la codicia, alguien quiere apoderarse de los espacios que la organización de comerciantes tiene en varias calles del centro de la ciudad de Puebla, lo que significa un importante ingreso económico.

Pero no crea el lector que solo se trata de apoderarse de las calles para que siga el comercio ambulante, sino que además existe la amenaza de que se convierta en centro de venta de drogas, armas, objetos robados y de otros delitos graves como la trata de personas, la venta de explosivos e incluso la protección a asaltantes y el cobro de piso.

Uno de los líderes de comerciantes ambulantes, Martín Juárez, sería uno de los más interesados en romper el cochinito y sacar sus ahorros para pedir que desaparezcan a quien se le hace incómodo para sus planes.

La alianza de Martín con el patrón de un grupo de narcomenudistas, Lorenzo C, (a) El Margaro, líder de la Maldita Vecindad Dos, de la 11 Norte y la 16 Poniente, actualmente procesado por delitos contra la salud, hacen suponer los motivos por los que quiere desaparecer la organización Fuerza 2000.

Y ahora resulta que El Fede ya tiene precio su cabeza y no sería extraño saber quiénes fueron y cuáles fueron los motivos para que se ponga sobre la mesa la desaparición de un líder.

¡Aguas! A través de redes sociales asaltos a mano armada

Se anuncian en redes sociales e incluso en el Aviso Clasificado, ofrecen vehículos de modelo reciente, con poco kilometraje, casi nuevo, a precios materialmente de regalo.

A los "clientes", los citan en lugares públicos donde les dicen que el o los vehículos que venden son de personas que no los usaron seguido, por ser adultos o por alguna enfermedad y una vez que los convencen le hacen una segunda cita para llevar la unidad en venta.

En la segunda entrevista viene el asalto, al comprador lo amagan con armas de fuego, lo llevan a un terreno en despoblado donde los despojan de todos sus valores, incluso del dinero para la compra del automóvil.

Los asaltantes se dicen de organizaciones criminales violentas, los amenazan de muerte a ellos y a todos sus familiares y los dejan abandonados en terrenos en despoblado, con la advertencia de que "por esta ocasión no los asesinaron".

Los asaltos son continuos, pero pocas víctimas se deciden a presentar su denuncia.

No se deje engañar.

Nos vemos cuando nos veamos.