Los videos de pacientes que mueren a las puertas de los hospitales esperando una cama para ser atendidos así como los reportes de nosocomios saturados, cada vez son más comunes en nuestro país.
Al margen de que esta noche López-Gatell se faje los pantalones y acepte pintar de rojo medio país, la realidad es que México se encuentra en alerta por coronavirus. En Puebla la situación, ya lo dijo Miguel Barbosa, también se encuentran en el límite.
El año que está por concluir ha sido sumamente difícil para casi todos y muchos deseamos pasar las navidades en familia, con los amigos, con los parientes que una vez al año llegan a casa; hacerlo hoy puede ser, literalmente, mortal.
Abrazar, apapachar o compartir la cena con quienes más queremos, pero que no viven con nosotros, será una negligencia, que en el peor de los casos nos costará la vida, propia o de nuestros allegados.
Los números de cada noche son peores que al inicio de la pandemia. Pese a las pocas pruebas que se realizan en México y al subregistro de muertes, cada 24 horas se suman en promedio, 11 mil nuevos contagios y 800 muertes.
En menos de un mes atascamos los hospitales Covid. Las enfermeras, doctoras, químicos, especialistas, laboratoristas e intendentes están exhaustos. Han trabajado jornadas muy largas no sólo por la cantidad de pacientes que atienden, también por el desgaste emocional que conlleva la muerte constante y el miedo a enfermarse o contagiar a sus seres amados.
Está claro que la estrategia de Andrés Manuel no ha funcionado, que el manejo de la pandemia de “Los López” ha sido de lo peor, por eso, esta vez nos toca a cada una y cada uno de nosotros hacer la diferencia.
Quedarnos en casa, no asistir a reuniones, posadas, fiestas de fin de año o vacaciones familiares, es un sacrificio que bien podemos hacer para solidarizarnos con todas y todos aquellos que trabajan en el sistema médico y que llevan nueve meses luchando contra el maldito coronavirus.
Desde aquí quiero reiterar el llamado para que seamos lo suficientemente responsables y aprovechemos la tecnología para cambiar las visitas por video llamadas, las idas a los centros comerciales por tarjetas de regalo y las compras de última hora por pedidos en línea. En la medida que logremos parar los contagios, el 2021 podrá ser un año mejor, donde para empezar, estemos todos los que hoy estamos.
Lamentablemente, el día de ayer, pese a que el gobernador Barbosa giró la instrucción de no realizar convivios ni brindis, no faltó la que se pasó la orden por el Arco del Triunfo.
Por increíble que parezca, hay funcionarios y funcionarias que son auténticos asesinos con licencia.
Salud para este 2021
Al cerrar este año, quiero agradecer el respaldo y la confianza que en un año tan difícil nos han mostrado nuestros fieles lectores que siguen esta columna y también a quienes nos acompañan cada noche en el programa Destrozando la Noticia, sin olvidar a los miles de seguidores que consultan la página web y por supuesto, a quienes disfrutan cada mañana con las noticias impresas en Intolerancia Diario.
Para este 2021 mi mayor deseo es que la salud nos acompañe en los próximos 365 días, que la vacuna, contra todo pronóstico, se logre aplicar en el tiempo anunciado y que la reactivación económica permita recuperarnos del letargo financiero.
Por ahora, sólo me resta desearles que pasen felices fiestas, que se termine este maldito 2020 y reiterarles mi agradecimiento y compromiso con todos ustedes.
Salud a todos, yo con un buen whisky y ustedes con su bebida preferida excepto agua.