El pasado lunes fue presentado el informe de labores 2020 del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (Itaipue) ante el Congreso estatal.
Ese mismo informe no fue aprobado en diciembre pasado en sesión del organismo garante, luego de que en su última sesión el ahora ex comisionado Carlos Loeschmann Moreno, votó en contra del trabajo de la presidenta en ese año Marcela Carcaño, al señalar una serie de irregularidades.
Ahora, el informe fue presentado por el actual presidente Francisco Javier García Blanco ante la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información del Congreso del Estado.
Lo malo es que el Itaipue, no lo transmitió en su página de YouTube, como lo hace con las sesiones.
Solo lo hizo el Congreso estatal en Facebook Live.
Pero eso no es lo malo, sino que el mismo informe en dos días no ha sido subido al portal oficial de internet del organismo garante de la transparencia en Puebla.
Solo se emitió un escueto boletín.
Realmente, Francisco Javier García Blanco, apenas entró y no tiene conocimiento profundo del trabajo del 2020.
Y es que llegó y fue colocado inmediatamente en el cargo por situaciones de otra historia que luego les contaré.
Lo que se dijo a medias
El actual presidente del Itaipue, Francisco Javier García Blanco, según el boletín emitido, señaló en el informe que se registraron 436 recursos de revisión en contra de respuestas de los sujetos obligados,
Fue menos de la mitad de los presentados en 2019, cuando se registraron 946 y cifra similar a la de 2018, con 471.
Lo malo es que no se menciona cuántos resolutivos fueron a favor o en contra de los sujetos obligados.
Pareciera que Itaipue estuvo de vacaciones ante la contingencia.
El informe reprobado
Hay que recordar que en diciembre pasado como le informé, tronaron los comisionados al presentar el informe de labores la entonces presidenta, Marcela Carcaño, quien rehuyó de presentarlo al Congreso estatal.
Carlos Loeschmann Moreno, aprovechó su última participación para votar en contra del trabajo de la presidenta en ese año, al señalar una serie de irregularidades.
A esa sesión sólo acudieron dos comisionados por la ya acostumbrada ausencia de Gabriela Sierra.
Al haber un voto en contra, la presidenta no pudo utilizar su voto de calidad para aprobarse a sí misma.
De este modo Carlos Loeschmann, señaló que debería presentarlo ante diputados, lo que finalmente se hizo el pasado martes 17 de febrero.
Indicó entonces que el informe presentado trataba de un listado incompleto, carente de la totalidad de datos necesarios para revestir las características de un verdadero ejercicio de rendición de cuentas.
Dio por ejemplo que en el capítulo primero, que debiera referirse a las “Actividades del pleno”, únicamente se hace relación de lo realizado por la Presidencia.
Asimismo, mencionó que el informe que se hace una relatoría de dos convenios signados, uno con la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDH), pero ninguno se ha materializado.
Y pidió no simplemente para generar boletines de prensa con la fotografía de ocasión.
Por lo tanto, instó a quien ocupe la nueva presidencia, que se ejecuten, se hagan realidad y con ellos se abone a la cultura que por disposición expresa debemos promover.
Indicó además que la pandemia no es justificante para el incumplimiento cabal de obligaciones institucionales, entre ellas la asesoría efectiva y diferenciada a los numerosos ayuntamientos que tienen calificación reprobatoria.
Ahora, el tiempo le dio la razón.