Se hace llamar de muchas formas, en la Agencia Estatal de Investigación (AEI), lo conocen como Antonio Hermida y se encuentra a cargo de la Octava Comandancia, y cubre una vasta zona de la ciudad, Poniente y Norte, presuntamente para la seguridad de los poblanos.
Pero la verdad es otra.
Al comandante Hermida, quien también le dicen “El Toro”, lo relacionan con bandas que operan en zonas como San Pablo Xochimehuacán y la misma 46 Poniente, en donde se venden autopartes, muchas de estas de dudosa procedencia.
De sus encomiendas pasadas, como la del combate al narcomenudeo, logró conocer a bandas que ahora protege, siempre al amparo de la corporación de agentes investigadores.
Lo extraño es que este personaje adopta otra personalidad cuando se encuentra “cobrando piso” o pidiendo “moches”, entonces se dice ser comandante Valerio, con la intención de desviar la atención a su persona, cuando se trata de denuncias de abuso de autoridad.
Y si tiene alguna que otra cuenta pendiente con la justicia, además de que se rodea de “ayudantes”, identificados como “madrinas”, entre los que se encuentran exelementos de esta corporación, algunos de estos con orden de aprehensión pendientes por secuestro.
Las historias son muchas de este personaje, así como el tiempo que lleva trabajando en la corporación, donde ya ha sabido ganarse la confianza de sus jefes, a quienes les oculta sus otras actividades.
Se trata de personajes que estorban para el buen desempeño con el que se debe de conducir una corporación de policía como la AEI, que su responsabilidad es la investigación a fondo de los delitos, así como la detención de los responsables.
La historia de este comandante es algo extensa, y es digna de contar.
Nos vemos cuando nos veamos