En menos de dos meses el gobernador de Puebla ha aceptado o pedido la renuncia de tres titulares de puntos estratégicos del Gobierno de Puebla, la Secretaría de Gobernación, Movilidad y Transporte y la de Seguridad Pública (SSP).
De la primera Secretaría se especularon motivos políticos lo que llevó a David Méndez Márquez a retirarse de manera abrupta y sorpresiva. También se rumoraba traiciones, pero al final nadie explicó los motivos y nuestro personaje fue relevado por Ana Lucía Hill, quien tenía a cargo la dirección de Protección Civil.
El jueves 11 de marzo, Guillermo Aréchiga Santamaría, ya no pudo ingresar a sus oficinas como director de la Secretaría de Movilidad, luego de que elementos de la policía auxiliar le impidieron la entrada y fue aceptada su sorpresiva renuncia al cargo, dejándole su lugar a Lorena Meza López.
El viernes nueve de abril, al mediodía, Raciel López Salazar, hasta ese momento el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), fue también invitado a presentar su renuncia y se le ordenó de inmediato su salida del Complejo Metropolitano de Seguridad, siendo sustituido por Rogelio López Maya.
La salida de Raciel, la más vergonzosa
Junto con Raciel López, el cambio número 15 del gabinete del Gobierno de Puebla, se fueron también o los renunciaron mandos de la policía estatal, procesal, vialidad la de coordinación y operación judicial, así como la dirección general de Grupos Especiales y todo lo que pudiera “oler” al grupo Chiapaneco, que duró en el poder 14 meses.
De la Secretaría de Movilidad se dijo que había sido ensuciado por la corrupción, y que se están realizando investigaciones para saber hasta qué grado de descomposición llegó y quienes están implicados.
En la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, no solo se debe de averiguar el grado de descomposición en que se vieron inmiscuidos mandos y grupos especiales en todo el Estado, principalmente en el rubro de las detenciones.
A través de la dirección general de Grupos Especiales, que estuvo al mando de Jaime Padilla Barrientos, se permitió el regreso de expolicías, algunos de estos con sentencias cumplidas, otros con procesos y otros más cesados por actos de abuso de autoridad, secuestro, extorsión, robo de vehículos etc.
Estos mismos fueron quienes se hicieron cargo de engordar las estadísticas de detenidos fabricando delincuentes a quienes detenían y cargaban con bolsitas de droga como cristal, para poder hacer una acusación en su contra, pero sin sustento legal.
Este grupo detenía a sujetos con antecedentes penales y a quienes los obligaban a entregarles diversas cantidades de dinero o los ponían a disposición por el delito de narcomenudeo, asalto a transporte, huachicoleo y además les ponían la etiqueta de “incitadores a la violencia”.
La limpieza en los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública era necesaria y ya se advertía, era en realidad difícil de creer que se permitiera tanto exceso y abuso.
Ahora el nuevo titular va a llegar a una Secretaría que se limpió de arriba para abajo.
Nos vemos cuando nos veamos