La tarde del viernes nueve de abril, la suerte de Raciel López Salazar, dio un giro inesperado, su cabeza rodó desde lo más alto de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), de donde ocupó el cargo de titular.

¿Por qué lo corrieron? 

Hay por lo menos tres versiones, todas ellas creíbles.

La primera indica que el ahora exsecretario y todos los que formaban sus mandos de confianza, son investigados por la Fiscalía General del Estado (FGE), por delitos que van desde el abuso de autoridad, hasta la extorsión y otros más de alto impacto.

Salió al descubierto que Raciel y su grupo se dedicaron a detener civiles, unos con antecedentes y otros no, a los que les sembraban bolsitas que supuestamente contenían droga conocida como cristal, cuando en realidad eran sulfato de amonio, el cual es un fertilizante para el campo.

La intención de realizar detenciones, sin que hubiera flagrancia en el delito, ni orden girada por un Juez o autoridad competente, era para engañar al Gobierno de Puebla que estaban realizando una “limpia” general de delincuentes, para que por otro lado pudieran vender protección a las organizaciones criminales y dejar que delitos como el robo de hidrocarburos y narcomenudeo se incrementarán.

El otro motivo de la renuncia de Raciel es que se descubrió que su gente de confianza dio mandos estratégicos dentro de la SSP, para limpiar la plaza para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), pero el camino también benefició al crimen local.

La tercera causa es que se descubrió que por lo menos un mando del grupo de Raciel López, estaba inmiscuido en la delincuencia organizada, tratándose de Alfonso Agustín Rustrian Zaragoza, director General de Administración, quien fue detenido en Guatemala por nexos con las bandas de narcotraficantes.

El “Angelito”, estaría relacionado con el trasiego de droga que viene de Guatemala y que va para Estados Unidos y no se descarta que Puebla haya sido usado como trampolín para pasarla más rápido hacia los Estados Unidos.

La amenaza a Puebla

No tenía ni una semana de la salida de Raciel y su séquito de colaboradores, cuando trascendió que la Guardia Nacional tomaría las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), y asumiría el control de la vigilancia por amenazas de que el Estado de Puebla se iba a calentar.

Un oficio donde se dice que fue falsificado firmas y sellos de autoridades federales, anunciaban la llegada de los militares, hecho que hasta el momento no ha ocurrido y fue desmentido por el Gobierno de Puebla.

No se descarta que la falsa noticia haya salido de las filas de los exsecretarios, al enterarse de que todos están sujetos a investigación y de comprobarse, por cualquiera de los tres motivos van a terminar en prisión.

Nos vemos cuando nos veamos