Por cuestiones de cierre de edición, al escribir estas líneas no conocemos el resultado del partido de futbol entre Puebla y Santos. Sea el heroico pase a la final o una digna pelea que no permita remontar la ida, los del Puebla de Larcamón merecen un reconocimiento por regresarles ilusiones a una afición en ayunas desde los Chelís Boys de 2009.

Aunque con 50 por ciento de aforo pocos podrán disfrutar una cemita estilo estadios, seguramente miles desde casa acompañarán con una cerveza al menos. Y hay dos nombres de cerveza asociados al Puebla. Uno desde el 68, Cuauhtémoc Moctezuma, con el financiamiento del estadio que conocemos; y el otro Miller, que en 2012 entró al mercado nacional a través del patrocinio principal de La Franja.

Las dos marcas forman el duopolio cervecero de México y ahora se encuentran en una controversia legal, esto al ser denunciada la Comisión Federal de Competencia (Cofece) ante la Fiscalía General por defender sus prácticas monopólicas. Ambas empresas están en litigios desde hace más de 10 años en los que la Cofece ha fallado a su favor. El cierre de un expediente de distribuidores independientes de Miller fue la gota que derramó el vaso derivando en la denuncia ante la FGR.

La industria genera más de 12 mil millones de litros y 185 mil millones pesos anualmente, somos el principal exportador de cerveza del mundo y el mexicano promedio bebe 68 litros al año. ¿Cómo es el panorama chelero nacional y qué tiene que ver el duopolio?

Sin heladas nacionales

Dos compañías controlan 98 por ciento del mercado nacional de cerveza, Modelo y Moctezuma, aunque los nombres son lo único mexicano. Mientras una minúscula industria artesanal, menos de mil empresas y 0.20 por ciento del mercado, resiste ante los colosos internacionales.

Modelo, nombre oficial AB InBev-Grupo Modelo Sab Miller, tiene 57 por ciento del pastel con marcas como Corona, Victoria, León o Barrilito. Parte del grupo cervecero más grande del mundo que en 2013 dejó de ser mexicana para volverse belga-brasileña.

Moctezuma, Heineken International-Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, se come 41 por ciento del mercado con marcas como Indio, Sol, Superior o Noche Buena perteneciendo al conglomerado holandés desde 2010.

La posición privilegiada de mercado les permite prácticas desleales, por decir lo menos. Exclusividad de venta, comercialización y distribución asfixian competencia y mercado. Desde tienditas hasta el Oxxo, bares a restaurantes, todos están obligados e incentivados a seguir con ellos; la venta de cerveza en tienditas puede llegar a 40 por ciento de los ingresos. Aunque las mañas de los oligopolios comienzan desde mucho antes.

Mala malta

El insumo más importante para la cerveza, además del agua, es la malta. Granos de cereal procesados para volver sus azúcares en alcohol. El más usado por mucho es la cebada, aunque se emplea centeno, arroz o maíz, entre otros.

De 1958 a 2016 existió la IASA, una sociedad mercantil formada por Modelo y Moctezuma que monopolizaba el mercado cebadero, el único intermediario entre productores y malterías del país.

Con la excusa de asegurar la calidad, esta empresa condicionaba la compra del grano a la venta de su semilla. El abuso se extendía a los términos de compra, volúmenes y puntos de carga/descarga.

Puebla es un modesto participante en el mercado nacional de la cebada donde domina Guanajuato y Tlaxcala produce casi el doble que nosotros. A pesar de eso la liberalización del mercado benefició los Llanos de San Juan en la hermosa zona de Libres-Oriental, principal área de producción en el estado, subiendo precios de la tonelada en promedio mil pesos.

El posible fallo en contra abrirá un nuevo mercado artesanal que domina CDMX, las Baja Californias y Jalisco; Puebla deberá despertar de su modorra moralina si no quiere ver otra oportunidad agroindustrial que se pierde por el qué dirán.