En la democracia un voto es la diferencia. En esta última columna antes del día de las elecciones me gustaría que reflexionemos sobre la importancia de desempolvar la credencial del INE y salir a votar el próximo domingo.

Aunque es cómodo quedarse en casa y pensar que está todo  ya resuelto la verdad es que no, que nuestra flojera le puede costar al país, a nuestros hijos y a nosotros mismos, bastante caro.

Piense usted, qué prefiere, si que las estructuras hagan su trabajo y a nivel cupular se decida quién se queda en las presidencias municipales y en las diputaciones o si por el contrario, le gustaría ser parte de esos ciudadanos que razonaron su voto y defendieron su derecho a seleccionar a sus representantes.

En esta ocasión por primera vez en la capital de Puebla, el voto servirá para evaluar a las dos únicas ofertas reales. A diferencia de antes, conocemos el trabajo y las deficiencias de las dos personas que más posibilidades tienen de gobernar el siguiente trienio.

Y en el Legislativo las cosas no son muy diferentes, en gran número de los distritos locales y federales las y los candidatos son quienes ya se desempeñaron en ese cargo o en otros muy similares. ¿Les dará a ellos mismos el voto, está conforme con el trabajo que han desempeñado o está convencido de que a nuestro país le urge un cambio?

La decisión está en sus manos, no deje que otros la tomen.

La información está en Intolerancia

Precisamente para que usted esté perfectamente informado, le invito a que el próximo domingo nos acompañe en el formato que más le acomode, puede ser desde las redes sociales de Intolerancia Diario, a través de los cortes informativos que transmitiremos por nuestro canal de YouTube o bien, directamente en nuestra página web.

Sea como sea, le adelanto que un equipo de profesionales pondrán su mayor empeño en que usted cuente con la mejor información.

Los que no debieron morir

Desde que se registraron las primeras muertes por Covid en México y durante más de un año, en este espacio hemos señalado la pésima estrategia del gobierno de AMLO para atender y contener los contagios y las muertes.

Recientemente se publicaron los datos actualizados del “Exceso de mortalidad”, es decir, la cantidad de personas que no debieron morir.

Hasta el 15 de marzo de este año, el indicador señala que 473 mil 581 mexicanos más de los que se esperaba, fallecieron.

Estamos hablando de que casi medio millón de mexicanos murieron entre el inicio de la pandemia y marzo de este año.

Aunque no todos perdieron la vida como consecuencia directa del Covid, muchos de esa lista son víctimas indirectas que se quedaron sin medicamentos o atención médica ante la reconversión de hospitales.

Son esos datos, y no “otros”, los que me permiten sostener que las estrategias de López Obrador para afrontar la pandemia, basadas en decisiones políticas y no médicas, nos están matando.