En Puebla, los resultados del proceso electoral recién terminado, son desfavorables para el PRI.
No obstante de haber pasado de 1 a 4 diputaciones locales ganadas por elección, solo se obtienen 48 presidencias municipales de 81 actuales y no hay ninguna diputación federal ganada en las urnas.
Los 420 mil votos obtenidos por el PRI en Puebla fueron insuficientes para tener mejores resultados. La sociedad mexicana le dio la espalda a nuestro partido a juzgar por los resultados de otros estados.
Los programas sociales del gobierno, las campañas de miedo a perder los apoyos si votaban por otras opciones políticas, promovidas por Morena, y la intimidación practicada en algunos municipios contra militantes priistas, dieron resultados negativos al priismo.
Con lo que se tenía, se hizo lo que mejor se pudo en nuestro estado. Y, desgraciadamente no se tenía mucho. Por eso reconozco que la dirigencia estatal hizo un buen trabajo que siempre será susceptible de mejorar y superar. Por ello creo que, es muy necesaria la autocrítica como mecanismo de mejora continua.
Entre los aspectos que han fallado al PRI en las últimas elecciones, puedo señalar entre los más importantes la percepción de corrupción que la sociedad tiene y que, aunque no se ha comprobado, no se ha podido revertir, así como lo tardío de la selección de candidatos a los diferentes cargos en los últimos procesos, con algunos titubeos, que dan ventajas relativas a otros partidos.
Mucho daño ha hecho a nuestro partido la tolerancia de militancias volátiles que, según conveniencias personales, han apoyado sin rubor a fuerzas contrarias al priismo haciéndolo perder, y las mismas dirigencias, pretextando la unidad, los privilegian sobre quienes han servido con lealtad, enviando así malos mensajes para la militancia. Muy mal ejemplo para los jóvenes.
Y, sin embargo, cuando despertamos, el PRI seguía ahí.
La alianza partidaria es una buena estrategia que habrá que mantener con sus debidos ajustes, como asegurar un mayor compromiso en la participación de las militancias aliadas en los niveles federal y local, así como el resolver el tema municipal para evitar desencuentros cuando en este nivel se compite por separado.
Con anticipación se requiere revisar, renovar, reestructurar y fortalecer las estructuras seccionales, los comités municipales del partido y los comités de los sectores partidistas. También recuperar la capacidad de gestión de apoyos a las principales necesidades de la gente que hoy están abandonadas.
Asimismo, mejorar el proceso de selección de candidatos, la paridad de género y la proporción de jóvenes para que con anticipación se preparen las nominaciones más indicadas. Mejorar la coordinación entre las áreas encargadas del Activismo y Acción electoral, así como una mayor claridad en el acceso a la seguridad pública previo y durante las elecciones.
Es necesaria la capacitación y el acompañamiento a los presidentes municipales electos para que hagan una gran gestión y tengan grandes resultados que fortalezca al partido, gobernando para todos; y al mismo tiempo, acompañar a los expresidentes para apoyar el proceso de cierre de su administración y de sus cuentas públicas para que no sigan siendo objeto de presión política.
La política sin principios nos ha hecho mucho daño. Ganar a cualquier precio se vuelve contra la población, aunque esta no dé cuenta. Hay múltiples ejemplos. Se olvida con frecuencia que la finalidad de la política es la unión de la gente para impulsar su propio desarrollo.
Durante esta campaña electoral en la que visitamos 51 municipios del Distrito Federal de Acatlán, identificamos como principales problemas la falta de agua potable, drenaje y tratamiento de aguas residuales como una necesidad prioritaria en todos los municipios.
La falta de mantenimiento a las carreteras, internet en las comunidades, apoyos a la seguridad alimentaria, al fomento productivo agropecuario, artesanal y minero, medicinas y médicos, mantenimiento a escuelas, apoyos a migrantes, así como la seguridad pública municipal, reclamando el restablecimiento del fondo de fortalecimiento a la seguridad (FORTASEG).
Los apoyos sociales ayudan a contener la pobreza, pero no la revierten. Hay urgencia por reactivar la economía, atenuar los impactos del COVID, recuperar la seguridad pública y unir a los mexicanos, hoy confrontados desde el poder.
Si el PRI aprende de sus errores, si hay apertura para corregir el rumbo y recupera la defensa de las causas sociales como dictan sus documentos básicos, tendrá un mejor futuro. Si no, va derechito a la desaparición como lo auguran sus detractores.
Yo creo que hay un mejor futuro, porque yo creo en el PRI, en un verdadero nuevo PRI.