El secretario del Trabajo, Abelardo Cuellar, debería explicarnos por qué aparece como “abogado litigante” en más de 100 casos que radican en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, como revela este día Intolerancia Diario.

Y digo que debería de hacerlo porque hasta hoy no sabemos si su participación es como defensor del Estado o como representante de los trabajadores.

La necesidad de una respuesta es imperativa, porque durante el morenovallismo fue uno de los abogados que defendieron a los miles de burócratas despedidos por el gobierno de Moreno Valle.

En noviembre de 2019, expliqué que la llegada de Cuellar Delgado a la Secretaría del Trabajo representaba un conflicto de interés en la Contracara  titulada Abelardo Cuéllar, ¿un mercenario laboral?

Según cifras que él mismo ha dado a conocer a medios de comunicación y cruzada con la información que corre en esos tribunales, el despacho de Abelardo Cuellar lleva más de 100 asuntos laborales contra la administración estatal…

“Esto lo deja inmerso en un claro conflicto de interés, en donde se convertirá en juez y parte como titular de la cartera del Trabajo en el estado.

“No estamos hablando de un asunto menor, ya que el monto que está en juego en dichos juicios rebasa por mucho los 100 millones de pesos”, escribí.

La respuesta también es imperante porque al inicio de esta administración, en esta misma columna, habíamos documentado que además de cobrar como secretario tenía algunas retribuciones en el Congreso del Estado como asesor, es decir, que dobleteaba.

Recientemente el propio Cuellar reconoció que tiene sobre sus hombros el compromiso de responder a la confianza del gobernador Miguel Barbosa y que no debería intervenir en asuntos particulares.

Tuvimos un antecedente de sobrevivir en el medio, pero a partir de que asumimos un cargo, un voto de confianza por parte del señor gobernador, nos queda claro que intervenir en asuntos particulares podría generar un conflicto de interés”, dijo.

¿Respetará su propia palabra?

Que responda y de ahí, veremos y diremos.

El cobijo a Toledo

Mauricio Toledo puede dormir tranquilo unos meses más. En el Congreso de la Unión por una u otra razón no se alcanzaron los votos y su proceso de desafuero, simplemente se fue al archivo muerto.

Pareciera increíble pero ya lo habíamos advertido. Entre los legisladores federales se cubren las espaldas para que la justicia nunca les exija cuentas ni a los abusadores sexuales como Saúl Huerta ni a los delincuentes de cuello blanco como Mauricio Toledo.

Toledo continuará con fuero al iniciar la próxima legislatura federal porque pese a que nadie lo conoce en Texmelucan se alzó con la diputación, así pues, el próximo legislador podrá andar por la vida sin preocupaciones.

Lo indignante es que ayer, cuando se le preguntó a Mariano Hernández por qué habían validado la candidatura de Mauricio Toledo pese a las acusaciones por desfalco en la delegación de Coyoacán y el presunto enriquecimiento ilícito, el líder petista se excusó diciendo que los señalamientos sólo eran mediáticos.

Como si las acusaciones periodísticas o de plano las auditorías no pudieran ser comprobadas o como si el Partido del Trabajo no pudiera revisar los expedientes de sus pocos, poquísimos candidatos.

Ni hablar, en Puebla seguiremos teniendo representantes que lejos de presumir son de pena ajena.