Por uno de esos azares de la vida, me topé con un libro de León Tolstói escrito en 1897 intitulado "¿Qué es el arte?". El escritor ruso analiza distintas teorías del arte que se debatían en Europa en los siglos XVIII y XIX. Si bien parece lejano, esas ideas siguen vigentes en la Hispanoamérica de la pandemia del Covid-19.

La explicación de lo qué es el arte para uno de los novelistas rusos más importantes de todos los tiempos nos permite pasar a la tauromaquia por el tamiz de los conceptos de Tolstói y evaluar si el espectáculo que tanto nos apasiona es en realidad un arte.

León Tolstói es, quizá junto con Fiódor Dostoievski, el autor ruso más conocido. Sus obras "Guerra y paz" y "Ana Karenina" están consideradas dentro de las novelas más importantes de la literatura universal. Fue también un gran ensayista. El mensaje de su texto "El reino de Dios está en vosotros" representó fuente de inspiración para íconos del pacifismo como Gandhi o Luther King.

Menos conocido es "¿Qué es el arte?", pero sus reflexiones son primordiales para entendernos como seres humanos y el proceso que usamos para transmitir emociones y sentimientos.

Tolstói inicia haciendo un análisis de distintas teorías de la estética de tratadistas alemanes, ingleses y francés que incluyen pensadores como Hegel, Schelling, Schopenhauer o Kant. Explica que la mayoría asocian equivocadamente el arte con la belleza.

Tolstói explica que la subjetividad irremediable de la belleza ha limitado el arte a un sentido placentero, al gusto. Dice que la asociación de belleza con arte es forzosamente inexacta y que ha sido utilizada para desprestigiar y desechar obras validas por no adaptarse a los cánones del "gusto".

El autor ruso explica que no hay que ver el arte como un manantial de placer, sino como una condición de la vida humana. Para Tolstói el arte es un proceso comunicativo intrínseco del ser humano.

Toda obra de arte pone en relación a la persona que la recibe con quien la creó. Desvinculado el arte del placer, Tolstói plantea los procesos artísticos como una suerte de mensajes emocionales donde un ser humano comunica sus sentimientos a otras personas, consiguiendo generar en estas mismas sensaciones en otros.

Por medio del arte, un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos aunque no los pueda expresar.

Dice Tolstói: "Evocar en sí mismo un sentimiento ya experimentado y comunicarlo a otros por medio de líneas, colores, imágenes verbales, tal es el objeto propio del arte. Esta es una forma de la actividad humana, que consiste en transmitir a otro los sentimientos de un hombre, consciente y voluntariamente por medio de ciertos signos exteriores".

El proceso favorece la concordia y empatía entre las personas, capaces así de comprender las vivencias más profundas. El arte es para Tolstói "un medio de fraternidad entre los hombres que les une en un mismo sentimiento, y por lo tanto, es indispensable para la vida de la humanidad y para su progreso en el camino de la dicha".

Esto es lo que sucede en una plaza de toros. El matador transmite sus emociones y contagia de ellas al espectador. La tauromaquia permite al aficionado vivir pasiones a través de lo que hacen toro y torero. Una corrida de toros es una catarsis de emociones.

La tauromaquia es la capacidad de disfrute y de pasiones que un ser humano puede experimentar a través de lo que sucede en el ruedo. Ese contagio de sentimientos entre el artista y el aficionado surge a partir de la visualización de la faena, que conecta a ambos en la misma espiral de emociones y hace surgir el arte real, culminado con esa conexió

Por ejemplo, la faena al novillo "Pelotero" de San Martín realizada por José Antonio Ramírez "El Capitán" el 9 de octubre de 1977 es un compendio de la Época de Oro del toreo mexicano.

El Capitán expresó lo que había aprendido en años de convivencia con maestros como Fermín "Espinosa "Armillita", Juan Silveti, Carlos Arruza y El Calesero. El público sintió todo lo que El Capitán llevaba adentro.

En "El torero y su sombra", Pepe Luis Vázquez le dice François Zumbiehl que un torero transmite con su arte la obsesión de vencer a la muerte. Por lo tanto, lo importante en los toros no sólo es el sentimiento puesto por el torero, sino “la manera con la cual ha logrado conectar con el tendido".

La exploración realizada Tolstói permite profundizar en la concepción del arte y deshacerse de ingenuidades superficiales que la limitan a un idea subjetiva de belleza.

El análisis del autor ruso traza conexiones sociológicas entre el creador y quienes  conciben la obra. La visión comunicacional entre el artista y el espectador supone un planteamiento de psicología humanística que, en algunas faenas, alcanza una de sus máximas expresiones en la fiesta brava.