Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Con la novedad que desde los meros corrillos del Congreso la mata sigue dando y bien macizo.

Si no pregúntenle a la dipu del PT, María del Carmen Cabrera Camacho o como ya es conocida entre la banda la deslucida presidenta de la Comisión Permanente: la Chavelita Cabrera.

Y es que como anillo al dedulce le vino el mote del personaje mocho de la tele, ese que a punta de golpes en el pecho lavaba los pecados ajenos.

Así merito resultó cuando por más progresista que se dijo en toda la LX Legislatura a la primera de cambio afloró su lucha por la vida, pero desde esquinas contrarias.

Porque en sus manos estuvo echarse el tiro para de a perdis empujar la despenalización del aborto en Puebla,  sin embargo, no se cansó de poner piedras en el camino.

Chales, valedores, ¿pues no que mucha agenda feminista? ¡La manga!

Pero eso sí, por un lado la defensa de la vida primero y por el otro darle la espalda a quienes buscan a su fanta perdida.

Las incongruencias de Chavelita Cabrera fueron de ese tamaño, porque a todas luces parece que a la izquierda poblana se le infiltró una mocha de tiempo completo.

La vela perpetua estuvo a la orden del día y mientras unos se dicen chairos o fifís las devotas costumbres fueron encarnadas en María del Carmen Cabrera.

Ya nomás faltaba que se asumiera redentora de los pecados de cuanta mujer se le presentara. Siempre y cuando no le reclamaran por sus hijos, sobrinos o nietos desaparecidos.

Nomás, pasaba sin ver, echando el ojo flamígero para mantenerlas a raya, no fuera que la ensuciaran con el polvo de su dolor.

Así pasará a la historia la dipu más progresista de la derecha, digo de la 4T poblana. Ahora sí que Chavelita Cabrera llevó a la práctica la enseñanza de aquel susodicho que ninguneaba a la oposición con el famoso y legendario dicho ni los veo, ni los oigo.

¡Ay Chavelaaa!

Un abrazo al cielo

En el gremio de los luchadores andamos como Magdalenas por la partida del máster Brazo de Plata o Súper Porky.

Que Diosito lo tenga en su santa gloria.