El libro "Liberación animal" de Peter Singer, publicado en 1975, es "el clásico definitivo del movimiento animalista". Un ensayo que marcó un hito en la lucha por la igualdad de los animales y que representa una especie de biblia para todos los que quieren cambiar la relación del hombre con los no humanos, entre ellos los antitaurinos.

Hace unos días Ana Belén, mi hija, llegó a la casa con la última edición actualizada, ampliada y con prólogo de Yuval Noah Harari. Me regaló el libro para que profundizara en las ideas Singer y pudiera refutarlas.

La tesis principal del filósofo australiano es eliminar lo que llama "especismo", que define como "un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de otras" (p. 22). Compara el especismo con el racismo y otras formas de discriminar a los que no pertenecen a nuestro género.

Singer construye a partir de las ideas del filósofo utilitario Jeremy Bentham, quien basaba su filosofía en el axioma de que "la mayor felicidad del mayor número es la medida del bien y del mal".

Para Singer la condición moral de un individuo está determinada por su capacidad de sufrir. Es decir, los animalistas buscan eliminar el mayor sufrimiento posible.

Para ellos un animal como un caballo o un perro sufren más que un recién nacido, o que un niño con malformaciones; por lo tanto, en su concepto de ética, habría que proteger antes a los animales que a los niños, o a cualquier humano con discapacidad mental.

Afirma Singer: "Los chimpancés adultos, los perros, los cerdos y los miembros de muchas otras especies superan con mucho a este recién nacido con lesiones cerebrales en su capacidad para relacionarse con los demás, actuar de un modo independiente, tener conciencia de sí mismo y en cualquier otra capacidad que pudiera pensarse razonablemente que confiere valor a la vida" (p. 35).

Para eliminar el sufrimiento animal, Singer preferiría utilizar en experimentos científicos huérfanos humanos, niños recién nacidos o personas con malformaciones que animales: "los bebés no poseen ninguna característica moralmente relevante en mayor medida que los animales no humanos adultos" (p. 101).

Singer defiende que el ser humano ha ejercido una tiranía sobre el resto de los animales. Responsabiliza de esto que considera una maldad humana al judaísmo, la Grecia antigua, pero sobre todo al cristianismo. 

Singer dedica un capítulo a explicar como desde Adán y Eva las religiones han ido manipulando a los hombres para darle una falsa preponderancia al ser humano sobre otras especies.

Niega la naturaleza humana y critica a filósofos como Platón, Aristóteles, santo Tomás de Aquino y Descartes por fomentar el maltrato a los animales.

Rechaza que exista la dignidad humana, censura el imperativo categórico de Immanuel Kant y afirma que la única pregunta éticamente valida es "¿puedo sufrir?". Es decir, toda filosofía o religión que no busque la eliminación del sufrimiento, es equivocada y debe ser combatida.

Tanto la filosofía de los estoicos, como la tradición cristiana reivindican el sufrimiento como camino hacia la plenitud. De ahí que para algunos toreros -como por ejemplo, para Juan José Padilla- sin sacrificio no haya gloria. Por eso a los animalistas les molesta la Fiesta Brava, casi tanto como la religión católica.

Singer también niega la cadena trófica; o sea, los conjuntos de organismos de un ecosistema que forman la cadena alimenticia.

Dado que todos los animales deberían ser iguales, llega incluso a cuestionar si se debiesen eliminar de la faz de la tierra a todos los carnívoros para, de esta forma, evitar el dolor de los herbívoros. Pero al final descarta esta propuesta porque eso implicaría la intervención de "la tirana especie humana".

"Liberación animal" es una utopía producto del pensamiento urbano, pues difícilmente alguien que haya vivido en el campo o que conozca la naturaleza, podría adherirse a sus principios.

Sin embargo, las ideas de Singer han influido en los actuales movimientos antitaurinos. Asimismo, habría que recomendárselo a quienes nos atacan para que entiendan que lo que en el fondo pretenden es acabar con la cultura grecolatina y con las tradición judeocristiana.

Como este tema me parece de gran relevancia, la próxima semana explicaré los métodos que Peter Singer propone para permear su filosofía entre la sociedad, y porqué la tauromaquia se ha convertido en uno de los epicentros de sus ataques.