Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Mi manada del alma, vaya chistecito que se traen en el PAN Puebla con la susodicha renovación de su dirigencia estatal, que hasta chispas han sacado del mismísimo aire.

Si bien apenas van apenas metiéndole el zapatito al acelerador, los periodicazos han estado a la orden del día: unos a favor, otros en contra que la plaza poblana sea comandada por una mujer.

A todo esto el gran damnificado con la decisión del CEN panista no es otro que Rafael Micalco Méndez, quien desde antes ya venía haciendo la luchita de máscara contra cabellera por hacerse de la candidatura.

Y es que las reglas del juego le cayeron como balde de agua helada a sus aspiraciones, tanto que ha pedido públicamente que la militancia sea escuchada por el mesías albiazul, Marko Cortés Mendoza.

Si bien al Rafa Micalco el panismo lo tiene bien ubicado, tal parece que no habrá de otra para él que bajarse del ring poblano a menos que desee quedarse contra las cuerdas.

Porque la decisión ya está tomada y en Puebla la dirigencia estatal será pa’ una mujer.

Acá entre nos, nomás no se ve que alguna mano amiga le pudiera hacer la valona a Rafa Micalco, o sea, ya se ve más perdida la batalla que un partido de los Tuzos del Pachuca.

Tendría que pasar una verdadera hecatombe pa’ que el CEN reculara y abriera la baraja mixta pa’l relevo en tierras camoteras. Así así como está la cosa, es más fácil ver campeón a mi Franja del alma.

Así que mis valedores, en esta ecuación lo único cierto es que los cuadros que piden equidad en el proceso están de más, casi, casi, hablándole a la pared.

No vaya a ser en una de esas que la cúpula nacional panista comience la jaladera de orejas y más de uno ande como el mismísimo Dumbo.

Como dicen allá en mi pueblo: lo dejaron vestido y alborotado.