Si usted trabajase en cualquier empresa y su reporte trimestral fuera negativo, -3.1%, en un entorno donde sus compañeros crecen visiblemente, Tlaxcala +14% o Hidalgo +16%, teniendo un recurso anual que cuadriplica la anterior administración, casi mil trescientos millones de pesos, ¿cambiaría de estrategias con miras a mejorar o de plano comenzaría a falsearle a su jefe otros datos?

Esa parece ser la disyuntiva para la Premio Nacional en Parasitología Agrícola 2020 y actual titular de Desarrollo Rural en el estado Ana Laura Altamirano, quien ha hecho una serie de declaraciones en conflicto con la realidad. El bombo de anunciar la semana pasada la estimación estatal de cosecha de café 2021-2022 como una iniciativa y diseño único en el país, es una de aquellas.

No tendría más que preguntarle a la diputada Nora Jessica, no la poblana Merino Escamilla, pero a su homónima huatusqueña, Lagunes Jáuregui, presidenta de la comisión para el café en el Congreso de Veracruz.

La panista, o sea la veracruzana, presentó desde febrero del año pasado el proyecto de las plataformas digitales para actualizar su padrón cafetalero con georreferenciación, registros de productores y detalles de plantaciones. Esta se encuentra detenida por la pandemia, aunque parte del padrón ya está integrado y las estimaciones de cosecha se hacen con puntualidad en las regiones de Ixhuatlán y Zongolica, por nombrar dos.

Penosamente, la atención del titular del campo veracruzano, Evaristo Ovando, con apenas dos meses en el cargo y conocido en Puebla por la FAO, se encuentra en un vergonzoso trance, la revisión de las cuentas públicas del anterior secretario por malversar más de 50 millones de pesos. 

No obstante, es vox populi que el gobernador jarocho, Cuitláhuac García, fue obligado a renunciar a su exsecretario tras un reclamo del poderoso consejero jurídico de la presidencia Julio Scherer Ibarra, pues este se vio forzado a promover un recurso ante la Suprema Corte cuando se reformó un decreto local que invadía atribuciones federales; un jugoso negocio de guías de transito ganadero por 140 millones de pesos anuales. Lecciones de legislación.

Se pueden entender deslices de la SDR, errores involuntarios de comunicación, como afirmar que somos autosuficientes en papas, siendo el segundo mercado de tubérculos gringos; o asentar ser el único productor nacional de albricia, alhelí, polar y estatice, quedando Morelos y Estado de México literalmente plantados, entre varios más.

Otros son plenos coloretes a la verdad, como muchos primera vez que se montan en los mismos proyectos de sexenios pasados; exportaciones, firmas de convenios y apretones de manos con las mismas empresas.

La propuesta de la SDR es inherentemente buena y necesaria, amén de sortear o no importarles la pandemia, por lo que resulta intrigante el porqué mentir para convivir. Podría tratarse, justificando, de mala información dada, aunque al nutrido grupo de veteranos asesores de la secretaria difícilmente se les colaría algo así.

Un padrón estatal, moderno y actualizado, es esencial, aunque Puebla deberá ampliar su visión como hace Chiapas con el Centro Estatal de Innovación y Transparencia de Tecnología para el Desarrollo de la Caficultura Chiapaneca, el City Café de Ocozocoautla.

El gobierno de Rutilio Escandón ha entendido que el café se encuentra en inminente riesgo ante el cambio climático y que la cafeticultura puede ayudar a disminuir el impacto humano en la naturaleza; temas entre otros que quien escribe esto tuvo oportunidad de platicar hace no tanto con esas propias autoridades, resaltando la pasividad de la cafeticultura morenista en los 5 estados productores top.

Que el Centro Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Café (CENACAFE) de Chapingo sea el designado para capacitar en el padrón, muestra de nuevo que el ritmo puede ser de la chapinguera, pero Puebla baila al compás de Texcoco y la capital. Mínimo del Politécnico que es un mambo.