Al presidente le encanta ser el centro de atención, todo tiene que girar alrededor de Andrés Manuel, todo, excepto la rendición de cuentas, la transparencia y claro, los reclamos.

Después de mes y medio AMLO se apersonó en las zonas que más sufrieron con el paso del huracán Grace y ese desdén, aunado al lento, lento, lentísimo avance de los apoyos federales, ocasionó que los habitantes de varias localidades se apersonaran en dónde estaba el presidente para reclamarle.

El reclamo fue airado, entendido por el enojo y el coraje que acumulan los pobres que creyeron en sus palabras y en su proyecto de nación y hoy comprueban que López Obrador y Morena no son tan diferentes a otros partidos políticos.

Las voces acusando que los censos sólo beneficiaron a quienes militan o simpatizan con el partido guinda suenan tan iguales a cuando se acusaba al PRI o al PAN de tener a sus líderes consentidos.

Aunque las protestas se centraron en AMLO, estas fueron contenidas y al final se impuso la cordura, ante la promesa de que llegarían vacunas y apoyos.

Al presidente, que empieza a sumar reclamos en sus giras, no le quedó otra que reconocer que su gobierno ha sido lento ante la necesidad urgente de quienes perdieron cosechas, casas o hasta familiares.

"Siempre ha estado trabajando (el gobernador) en coordinación con el Gobierno Federal, vamos juntos, ahora que enfrentamos este huracán, hasta se nos adelantó", fue la frase con la que inició un discurso en el que implícitamente reconoció que su administración no está dando los resultados que se requieren.

Su visita a la zona cero, 45 días después del caos, es una clara muestra de su inoperante aparato de gobierno. La frase con la que minimizó las quejas contra él, lo retrata de cuerpo entero.

Ocho años al frente de la BUAP

Este lunes la Benemérita hará historia cuando la primera mujer rectora rinda protesta ante representantes de la comunidad universitaria. A la par, el rectorado de Alfonso Esparza Ortiz pondrá el punto final a una gestión que duró un poco más de 8 años.

Los retos de Esparza Ortiz no fueron pocos, desde los recortes presupuestales hasta enfrentar una pandemia y la matanza de estudiantes que llevó a los jóvenes a tomar facultades y realizar una de las marchas históricas más impactantes de los últimos años en Puebla.   

En 8 años Lobos BUAP ascendió y descendió al máximo circuito deportivo y los premios para la Benemérita fueron bastos.

Sin duda quedarán muchos pendientes y en más de una ocasión las decisiones tomadas habrán tenido diversas aristas, pero lo cierto es que entregará una universidad viva, en paz, con recursos y sobre todo con un rumbo claro a su sucesora, Lilia Cedillo.