Al conmemorar el 111 aniversario de la Revolución Mexicana, recordaba lo que era reiterado escuchar en los discursos políticos por parte de dirigentes y miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), “abrevamos nuestra ideología de la revolución mexicana.

Que por ello se pusieron en primera línea las aspiraciones de justicia social, el programa nacionalista y la democracia, que retomamos y abanderamos; incluso voces expertas han reconocido que “la mayoría de los analistas políticos europeos y norteamericanos en el pasado reciente y en el lejano han sentido un gran respeto por el sistema político posrevolucionario que el PRI contribuyó a sostener y reproducir durante setenta años hasta que perdió la hegemonía en el 2000” (Tecuanhuey, 2006). Años de gloria sin duda y de un sistema que se fue.

Lo recordaba ya que hace algunos días los medios de comunicación poblanos documentaron una declaración del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito” en su visita a la ciudad de Puebla, hecha al término de la asamblea estatal que cerró los trabajos que realizaron en todo el estado -dijeron- rumbo a la XXIII Asamblea Nacional.

A pregunta expresa sobre el actual presidente municipal de Puebla capital, postulado por la coalición de los partidos PAN, PRI y PRD que es un reconocido panista en la entidad, dijo: “Es un buen cuadro. Es una gente valiosa. Hay que ponerle el ojo siempre. Va a dar buenos resultados” y a la pregunta de que si sería un buen candidato a la gubernatura en el 2024 la respuesta fue “Sin duda es un cuadro importante y que todos vemos bien.” ¿A qué se refería exactamente el presidente Alito con esta respuesta?

Por supuesto el señor Presidente Municipal Eduardo Rivera, fue mucho más prudente, respondió que agradecía al presidente nacional del PRI el comentario pero que en este momento estaba concentrado en su trabajo como presidente municipal.

Me ha tocado durante varias décadas observar los diversos formatos usados por las dirigencias nacionales y estatales del PRI para decantar candidaturas; pero no me había tocado escuchar a un dirigente nacional del PRI decantar una candidatura anticipada a gobernador de un estado como Puebla, en favor de un personaje distinguido sin duda, pero de otro partido político. ¿Nuevos tiempos?

Los tiempos actuales del PRI no son los mejores, desde hace ya algunas elecciones el PRI está en la ruta de las alianzas, las coaliciones con otros partidos políticos para ganar elecciones; por supuesto no es una tendencia nueva en nuestro país ni es exclusiva del PRI, desde 1988 los partidos políticos nacionales y locales han formado coaliciones tanto para lanzar juntos candidaturas o para impulsar proyectos. Incluso en tiempos lejanos, el PRI hizo coalición con el PPS y el PARM hoy partidos extintos, por muchos años la hizo también con el PVEM. A diferencia de aquellas épocas, el PRI de entonces, era el que tenía una presencia generalizada que le permitía una mayor capacidad. Era el partido más fuerte, el mayor; hoy la posición del PRI es muy diferente.

Aun con ello, ¿será que el presidente del Comité Nacional del PRI ya no observa en algún priista hombre o mujer los merecimientos para contender y para ganar una elección de gobernador de Puebla para el 2024?

Su declaración debe interpretarse como que ¿cierra la puerta a distinguidos militantes hombres y mujeres del PRI que seguro desde ahora aspiran a dicha posición?

Incluso que cierra la puerta a un proceso interno para elegir a algún o alguna priista que pudiera contender internamente con los, las aspirantes de otros partidos políticos que lleguen a formar la coalición que contenderá en el 2024 y ¿decidir hasta entonces quién será la persona que postulará la coalición que se construya?

¿Fue necesaria esa declaración? ¿Cómo debemos interpretarla?

Imaginemos algunos supuestos:

A saber primero si se concreta la coalición para el 2024, pero suponiendo que se concretara con el PAN, PRD, incluso con algunos otros partidos, será que el resto de los partidos ¿tampoco contarán con cuadros políticos que garanticen triunfos electorales? ¿Tampoco les permitirán contender?

Y si para entonces en el PAN no se ponen de acuerdo, o deciden no postular al actual presidente municipal para gobernador; o que tal si deciden, que les conviene más como partido postularlo para su reelección; o si para entonces en las encuestas ya no sale bien calificado; o ya no es un perfil competitivo; o surge algo inesperado que no permita que fuese él la persona postulada para gobernador ¿cuál va a ser la posición del PRI? Porque una, uno, nunca sabe que nos depara el futuro.

Qué tal si para entonces surge en el PRI alguien mejor calificado ¿va el PRI a defender la posición? O debemos interpretar que ya han tomado la decisión, ¿porque el actual patriarca nacional del partido así lo dispuso?

Curiosa la declaración del presidente “Alito”.

¿“Tiramos ya la toalla” presidente? porque esa es la percepción que deja su comentario.

Como dice el dicho bien dicho “no me ayudes compadre”.

Declara el presidente estatal del PRI Néstor Camarillo, que la relación con el PAN es de “necesidad mutua” valdría la pena que reconocieran que es también de “necesidad mutua” reconciliar al PRI con sus bases, recuperar su confianza, darse cuenta que hay un gran desgaste anímico entre la militancia; tan sólo para no estropear los procesos próximos que sin duda tienden a ser más complejos. Tal vez sería lo mejor saber de una vez por todas a donde se quiere llegar porque ese proyecto liberal inspirador, que abanderaba un programa nacionalista, con aspiraciones de justicia social y en defensa de la democracia que como partido retoma de la revolución mexicana ha quedado atrás.

Percepción es realidad, dicen los que saben. Lo siguiente deberá ser quitar esa percepción que ha dejado el presidente nacional del PRI entre la militancia priista. ¿Dará tiempo?