Cuando ya se veía la luz al final del túnel en el que se entró desde 2020 y que la normalidad poco a poco regresaba, que llega Ómicron.
Ahora todo pareciera que estábamos en una especie de ojo del huracán, donde hubo una tregua leve del coronavirus SARS-CoV-2 que produce la enfermedad de covid-19.
“Si no existiera algo más que la variante Delta, México estaría a la salida de la etapa pandémica de COVID19. Pero entonces supimos de la variante Ómicron”, sentenció el reconocido epidemiólogo Alejandro Macías.
En México la apuesta ya está hecha: Primero la economía, esperando que la población sea lo suficientemente responsable para llevar a cabo las medidas sanitarias para evitar contacto.
Desde hace mucho las sabemos: Sana distancia, evitar aglomeraciones, uso de cubrebocas y lavado constante de manos.
Pero mucho se ha relajado, ya que pocos temen contagiarse, sobre todo por el alto porcentaje de vacunación en la población.
Por eso mismo, se esperaba que la cuarta ola de contagios inminente no pegará tan fuerte, pero llegó Ómicron.
Y es que hasta ahora, no hay evidencia científica que las actuales vacunas de todas las marcas protejan de la nueva cepa.
Por eso el pánico que ha generado los cierres en países de Europa.
Desde que se conoció el brote de la variante del virus productor de la enfermedad covid-19, las secretarías federales de Turismo y Salud, mantienen coordinación, al menos así lo aseguró el titular de la primera Miguel Torruco en un mensaje de Twitter.
La Secretaría de Salud analiza toda la evidencia científica disponible y está en contacto con la Organización Mundial de la Salud y diversas agencias de epidemiología del mundo.
En su largo hilo, solo habla de dicha coordinación, pero jamás de cierres.
Y es que hablar de cierres nuevamente en México, simplemente colapsaría la economía mucho peor que en el 2020.
Por eso mismo la apuesta está hecha, incluido el estado de Puebla, donde el gobernador Miguel Barbosa, ha señalado constantemente que no habrá nuevamente cierres.
La economía del país y obviamente de Puebla no lo aguantaría, no tenemos los recursos económicos que tiene Europa. Así de simple.
Por eso ahora la responsabilidad es de la población para pasar este nuevo túnel, sin echar culpas.
Si la comparación cabe, hay que aprender a vivir con la covid-19, como en su momento se aprendió a hacerlo con el SIDA.
Porque hoy es Ómicron, pero mañana será todo el alfabeto griego.
¡A cuidarse todos! Tiempo al tiempo.