En estos días de fiestas de fin de año leía un artículo que publica en medios escritos una persona simpatizante del actual gobierno federal y del partido político morena, sobre lo que llamó “La mordaza de la izquierda” yo agregaría -como están las cosas- lo que muchos de este partido político autodefinen actualmente como la izquierda.
Rescato de este artículo las partes que señala sobre lo que podría pasar si los gobiernos y las organizaciones surgidas del actual partido oficial que hoy gobierna morena no cumplieran con lo que llamó “las pocas metas que han sido claramente anunciadas” en la agenda de gobierno, enunciando solo tres -por cierto muy pocas- “el fin de la corrupción, un sistema de salud como los nórdicos y la consolidación de la democracia”.
Tendrán -escribió- “que elaborarse muchas explicaciones como las que han tenido que dar muchos partidos llamados socialistas convertidos en neoliberales” (Milenio, Ramírez Reyes Gibrán 29/12/2021).
Este artículo nos lleva a pensar si realmente hay avances en los temas que menciona son la agenda del gobierno morenista, encontrando que en muchos momentos pareciera que el propio presidente López Obrador pierde el rumbo y el propósito original.
Incluso pareciera que se ha dado cuenta que no podrá resolver todo lo que prometió y por ello hace uso de lo que sabe usar muy bien, todo tipo de argucias para distraer la atención de ello.
Lejos ha quedado -como ya se ha escrito- la promesa de atender la erradicación de la pobreza, al igual que la corrupción, parar la militarización regresando las fuerzas armadas a sus cuarteles, bajar los precios de los energéticos, crear un sistema de salud pública para todos, ofrecer una educación pública de excelencia, lograr más igualdad, frenar la violencia generalizada en el país especialmente contra las mujeres, generar bienestar y felicidad para todos los mexicanos. Nada se ha logrado.
De ahí que en estas fiestas de fin de año -que sin duda como bien dicen sirven también para la reflexión- vale la pena reflexionar si ¿El presidente López Obrador y su gobierno emanado de morena, tendrán realmente el deseo de construir un entorno de paz, de salud, de tranquilidad y de buena convivencia en México?
¿La conciliación puede ser posible en este gobierno morenista?
¿La ceguera, la soberbia, las descalificaciones y los insultos groseros del presidente López Obrador podrán erradicarse?
¿Podrán resolverse los problemas complejos que en muchos casos el mismo presidente López Obrador y su gobierno han creado?
¿Se atenderán las demandas ciudadanas?
Ese ideal de un buen gobierno que traduzca acciones para alcanzar una verdadera mejora en las condiciones de vida la mayoría de mexicanos y mexicanas, es posible.
Como lo es también, alcanzar nuevas formas en las que podamos actuar, menos individualismo, hacer realidad esa auténtica inclusión social, equilibrios económicos y también sociales que nos permita estar preparados para enfrentar los nuevos desafíos que están a la vista.
Cambiar para mejorar, en lo que le resta como gobernante.
Por ello presidente López Obrador ¿Con qué seguimos entonces para que el 2022 sea tener un mejor año?