En un vertiginoso ascenso, ayer la Secretaría de Salud informó que más de 44 mil mexicanos fueron alcanzados por el Covid, se trata de una cifra 25 por ciento más alta que la del día anterior, cuando las alarmas se prendieron porque se rompió el récord de la pandemia con más de 33 mil contagios reportados.
A pesar de la escandalosa cifra, lo cierto es que esos números continúan muy por debajo de la realidad. Los más de 44 mil contagiados que ayer se sumaron a la estadística no incluyen a quienes se realizan pruebas de antígenos en farmacias o laboratorios, por lo que el número real de contagiados podría fácilmente duplicarse o hasta triplicarse.
En algunas previsiones científicas, como las del doctor Alejandro Cano se prevé que los otros datos, los reales, sean 30 o hasta 50 veces más de lo registrado oficialmente, es decir, que cada día, un millón de mexicanos nos estemos contagiando.
Y eso, aunque López Obrador y López Gatell se empecinen en ocultarlo, haciendo la menor cantidad de test, la verdad es que está comenzando a sentirse entre el “pueblo bueno”.
Desde inicios de la semana, en Intolerancia Diario hemos dado cuenta del aumento de personas en hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias que buscan hacerse una prueba para saber si están o no contagiados con el virus.
Hacen filas de horas o agendan citas con dos días de espera para testearse de manera responsable y en atención al sentido común, porque reconocen que lo más importante al contraer el coronavirus es atenderse cuanto antes.
Esos resultados, muchos de ellos, de pruebas rápidas, nunca llegarán a las alegres cifras que presenta la Secretaría de Salud en su reporte nocturno.
Y aunque para el dúo mortal de Los López –Obrador y Gatell-, la variante Ómicron sea más parecida a un “simple catarrito” la realidad es que los mexicanos estamos entendiendo que la capacidad de contagio es tan alta, que tememos enfermarnos en cualquier salida o saludo.
Es cierto, vivimos con la incertidumbre, con el Jesús en la boca y todos nos sentimos preocupados porque a diferencia de las otras olas, en esta ocasión los contagios no son aislados o de “algún” conocido, son de varias personas a nuestro alrededor, de familias completas o de muchos integrantes de nuestro círculo cercano.
Una clara muestra de este miedo es la respuesta de muchas personas que en su momento decidieron no vacunarse y ante la llegada de la nueva variante y el incremento de contagios, ahora asisten a colocarse la primera dosis.
El sector de rezagados, sumado a los grupos de 50-59 años, los menores y maestros, generó ayer en el Centro Expositor una de las mayores aglomeraciones en Puebla.
Desdén a los deudos
La estrategia de comunicación del gobierno de Andrés Manuel continúa desdeñando cada una de las muertes que se producen por esta pandemia en México.
Ayer la cifra de defunciones oficiales por el Covid sumó 190 personas, pero en lugar de lamentar la situación, solidarizarse con las víctimas o reorientar la estrategia Covid, el gobierno de AMLO se enfocó en los 3 millones de personas que se han recuperado –no sabemos si con secuelas- de la enfermedad y en que tenemos camas disponibles en los hospitales, un tema tramposo que ya hemos desnudado muchas veces en este espacio.
Ante este escenario sólo resta que cada uno de nosotros sea responsable, que en la medida de lo posible se evite el contacto con otras personas, que se utilice un buen cubrebocas y que se extremen todas las medidas para evitar los contagios. Está en nuestras manos.