En donde el despilfarro de lana no para a diestra y siniestra es en la Sección 51 del SNTE porque su secretario general Jaime García Roque se da una vida de mero patrón.
Y es que cada vez que puede, el Jaimito no se tienta el corazón y se termina llevando de corbata a los maestros poblanos, con las vejestorias promesas del respaldo sindical, aunque ni un bolillo les arrime en plena ola del Covidio.
Eso sí, no levanta la voz ni pa’ defender al gremio en épocas de crisis, pero se da su taco cuando de presumir la feria se trata.
Pa' que la calen, mis valedores, ahí como prueba chéquense nomás el bodorrio que el secre general armó en Acapulco, con todo el tacuche que se imaginen. No faltó el dinero y el poder a manos llenas.
Me cuenta mi chismoso de Caleta y Caletilla que los gorilas de seguridad traían más marca personal sobre los invitados que suegro celoso. Quien no aflojaba el celular tenía la orden de no sacarlo en ningún momento.
Así de mamona estuvo la cosa porque no fuera a resultar ventaneado el Jaimito García Roque como todo un líder charro.
Como si eso no fuera suficiente, al sindicalista de oro ya le comienzan a colgar dos muertitos en su clóset.
De entrada, su esposa, Janeth López Rojas, curiosamente fue designada hace poco como supervisora de educación superior, en la Zona 020. Y pa’ agregarle más sabor, ya anda promocionando a su patiño, Alfredo Gómez Palacios, como el elegido para sucederlo en el cargo.
Me cae de madre que entre más pasa el tiempo, la 51 del SNTE apesta más a estiércol.
¿Sabrán los maistros la tremenda fichita que los representa y el futuro tan negro que se les viene?
Tan lejos de Dios y tan cerca del SNTE. ¿O no?