Si para obtener el 40 por ciento de la participación electoral en la Consulta de Revocación se necesita un millón 900 mil votos de poblanos y la cantidad de firmas recolectadas para que se hiciera la revocación fue de medio millón, no vemos cómo los promotores de Morena piensan alcanzar esta cifra.
De acuerdo con los lopezobradoristas y sus cantinflescas cuentas, duplicarán el número de apoyos que obtuvieron cuando se pusieron a recolectar autógrafos de todos, incluyendo muertos y perros.
Nuevamente sus “otros datos” y no los oficiales son los que manejan los amloistas porque recordemos que al final, ante la poca participación de los poblanos, el INE decidió que ya no importaban las rúbricas del estado, ya que otras 17 entidades juntaron las necesarias para realizar la Consulta Popular.
Regresando a las matemáticas, aunque logren duplicar el medio millón de acarreados, a los operadores de Morena les faltarán 900 mil personas más que salgan a votar.
Aunque le suene cantinflesco, estos datos no los inventamos, son las cifras que presume la “asociación civil”, Que siga la democracia, integrada por la misma gente de Morena, que anda desesperada porque sólo un milagro haría que se lograra la legalidad de esa consulta el próximo 10 de abril.
En éste grupo nuevamente apareció Erick Cotoñeto Carmona ya como integrante y operador, incluso anda presumiendo que ganó nueve presidencias auxiliares en la capital, es decir confirmó que metió las manos en el proceso.
Algo que hay que reconocer es que cuando le preguntaron de Nachito Mier, aseguró que sólo una vez había hablado con él y ¿quién creen que se lo presentó? Fue papá Bartlett.
Y algo que quizá no le gusta reconocer al experredista es que en Morena prácticamente es un apestado, donde los dos grupos que se pelean el poder, no lo quieren y cuando se candidateó para buscar la dirigencia, le cerraron todas las puertas.
¿Y el ejército electoral morenista?
Regresando al tema de la Consulta Popular que se realizará el próximo 10 de abril, es necesario denunciar el derroche de recursos que se realizará para un capricho presidencial.
Si bien es cierto que se tienen que respetar los ejercicios democráticos como son las Consultas Populares, es necesario darles la seriedad que requieren.
Es imposible que se alcance la meta y el resultado, más que cantado, de poco o nada servirá.
Imagínense, en el pasado proceso electoral cuando se eligieron presidentes municipales y diputados, la participación fue del 52 por ciento y eso que hubo un bombardeo intenso de publicidad y 7 mil 500 casillas.
Ahora que habrá sólo 3 mil casillas, algunas muy alejadas, y que el tiempo coincidirá con el inicio de las vacaciones de Semana Santa, alcanzar la meta parece misión imposible.
Más allá de otro distractor y el beneficio de AMLO de mantenerse en su eterna campaña, no se ve ninguna utilidad para el país.
Tristemente, el capricho del habitante de Palacio nos costará una fortuna.